Crecer con Guide Dogs for the Blind

Young adult with her arm around a wheat-colored dog guide in harness

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 Nota del editor: Guide Dogs for the Blind (GDB) nos presenta a Megan Borella, quien empezó a colaborar con GDB cuando la emparejaron con un perro guía de K9 Buddy en 2004. El Programa K9 Buddy del GBD empareja a perros especialmente seleccionados para que se conviertan en maravillosas mascotas y compañeros de personas no videntes o con visión reducida, incluidos niños y sus familias, y adultos de todas las edades. 

En Guide Dogs for the Blind, proporcionar apoyo de por vida a nuestros clientes es fundamental para nuestra misión. Megan Borella, de 23 años de edad, empezó a colaborar con GDB en 2004 cuando cursaba primaria. Sus padres habían solicitado en su nombre el programa K9 Buddy de GDB, sabiendo que un perro amigo ayudaría a Megan a acostumbrarse a tener un animal de compañía, le daría una mayor comprensión de lo que hace un perro guía e incluso la prepararía para trabajar con un perro guía en el futuro.

Obtener un perro guía del programa K9 Buddy

El Programa K9 Buddy del GDB empareja a perros especialmente seleccionados para que se conviertan en maravillosas mascotas y compañeros de personas no videntes o con discapacidad visual, incluidos niños y sus familias y adultos de todas las edades. 

Un perro puede marcar una diferencia notable en la vida de cualquier persona al fomentar el cariño, la compañía y el sentido de la responsabilidad a través del vínculo humano o animal. Para un niño, un perro puede contribuir al desarrollo sensorial, incentivar el aprendizaje y aumentar la autoestima.

A pesar de las ventajas de un K9 Buddy, convencer a la joven Megan de que tener un perro era una buena idea no fue tarea fácil. Como parte del proceso de solicitud de K9 Buddy, el personal del GDB visitó a la familia Borella y llevó un perro para que Megan lo conociera y se hiciera una idea del tipo de perro que sería perfecto para ella. Pero resultó que Megan tenía un miedo generalizado hacia los perros y dudaba en interactuar con ellos. Pero como prueba de la naturaleza tranquila de los perros de GDB, Megan no tardó en encariñarse con él. Al final de la visita, el nivel de comodidad de Megan había mejorado y le enseñó con entusiasmo su casa y su jardín, e incluso se llevó al perro a dar un paseo por la localidad.

Con el tiempo, se emparejó a Megan con una perra guía del K9 Buddy llamada Nikka, de raza labrador amarillo, que se convertiría en su compañera constante hasta que Nikka falleció a los 14 años de edad cuando Megan tenía 19 años de edad. “Era una perra estupenda para la familia, muy tranquila y divertida”, dijo Megan. “Tuve una experiencia muy positiva y sin duda recomendaría el programa K9 Buddy. Creo que es una forma estupenda de conocer las partes divertidas de tener una mascota de compañía, pero también la responsabilidad que conlleva. Creo que(el programa K9 Buddy) es una opción genial para involucrase con GDB”.

Hombre, mujer, niña y perro color trigo posan sobre el césped.

Obtener un perro guía

Durante los años posteriores a la llegada de Nikka, y especialmente en su adultez joven, Megan siempre pensó en tener un perro guía; solo esperaba a que llegara el momento adecuado. Terminó sus estudios desde el preescolar al 12.° grado (K-12), se licenció en UCLA, donde estudió Ciencias Políticas y actualmente trabaja en ventas para Oracle. Con su futuro en una trayectoria brillante, Megan sabía que era el momento adecuado y, en 2021, volvió al GDB para recibir a su primer perro guía, un labrador amarillo llamado Gallagher.

“Me enamoré de Gallagher en cuanto nos presentaron”, dice Megan. “Gallagher es mi primer perro guía, y la experiencia que vivimos él y yo durante el entrenamiento fue realmente transformadora. Durante las dos semanas que estuvimos en clase, recibimos una instrucción y un apoyo excelentes en todos los ámbitos. Llevo usando bastón desde los 3 años, pero la transición a un perro guía ha sido un viaje excepcional, en gran parte gracias a la orientación y el apoyo del personal del GDB que hizo todo lo posible para entrenarnos tanto a Gallagher como a mí. Estoy muy agradecida de que todos nos hayan enseñado a ser un equipo exitoso. Ha sido una experiencia increíble en todos los sentidos. Gallagher es un perro tan especial, es una bendición en mi vida y lo quiero tanto”.

¡Enhorabuena y feliz viaje, Megan y Gallagher!