Educación financiera: otra clave para la independencia  

Adolescent holds white cane while seated next to a woman whose arm is around the young person

This content is also available in: English (Inglés)

Lisa Lloyd cuenta con mucha experiencia personal con la ceguera y la visión reducida. Tiene retinitis pigmentaria, que le causa ceguera nocturna, y en su familia hay 16 personas de cinco generaciones con algún grado de ceguera o con visión reducida, entre ellas una de sus hijas y su padre, ambos no videntes.

Es voluntaria del programa CareerPLUS de la Sociedad para Ciegos de Sacramento (California), en el que se ayuda a educar a la gente sobre los recursos disponibles y los derechos de los discapacitados. Uno de los temas que surgieron fue la educación financiera y el abuso financiero, y Lisa se sorprendió al saber que era un tema común entre los estudiantes con los que trabaja, cuyas edades oscilan entre los 15 y los 22 años.

“La gente siempre está preocupada por las estafas en Internet, pero nunca piensas en el hecho de que puede ocurrir dentro de tu familia”, dice Lisa. “Algunos estudiantes compartieron experiencias de abuso financiero por parte de sus padres: se enteraron de que ya debían mucho dinero al gobierno, porque sus padres abrieron cuentas a su nombre o no declararon sus verdaderos ingresos al solicitar servicios sociales. Descubrí que es más común entre los jóvenes con pérdida de visión, y eso me afectó mucho”.

A Lisa le afectó de manera muy personal, cuando se enteró de que dos miembros de su familia ejercían abuso financiero contra su padre. Lisa contó que un familiar recibía dinero extra cada vez que ella compraba comestibles con una de sus tarjetas de crédito -e incluso compró un auto sin que él lo supiera- y otro familiar utilizaba las tarjetas de crédito de su padre para hacer compras no autorizadas por un total de unos 500 dólares al mes.

El padre de Lisa, que tiene 81 años y sigue trabajando como abogado, llama a su banco a diario para comprobar su saldo y estar al tanto de sus finanzas. Pero no siempre comprobaba todas las tarjetas de crédito con regularidad, así que cuando se contactó con su cooperativa de crédito, descubrió que faltaban miles de dólares.

“Nos enteramos de que esto venía ocurriendo durante años, así que hicimos una intervención familiar”, dice Lisa. “No fue fácil porque todo ocurría dentro de la familia. Pero las reglas del juego cambiaron cuando se dieron cuenta de que mi marido y yo, y el personal de la oficina de mi padre, ahora éramos conscientes y vigilábamos la situación”.

Prevenir los abusos de confianza

Lisa y su marido ayudaron a su padre a asegurar sus finanzas de varias maneras. Le compraron una caja fuerte para guardar sus documentos de fideicomiso, tarjetas de crédito, cartera e información confidencial. Muchas cajas fuertes utilizan la tecnología de huella dactilar, lo que facilita su manejo a las personas no videntes o con visión reducida. Recomienda otras medidas de seguridad, como cambiar las contraseñas cada tres meses y utilizar la autenticación de dos factores en las cuentas, que envía un correo electrónico o un mensaje de texto para verificar que eres la persona autorizada a acceder a la cuenta. Otra gran estrategia para las personas no videntes o con visión reducida es guardar todas sus contraseñas en un documento braille, ya que solo otra persona no vidente puede leerlo.

Otros consejos de Lisa son añadir los números de teléfono del servicio de atención al cliente de todas las cuentas financieras al teléfono móvil de su ser querido y utilizar servicios de pago automático de facturas. Como a su padre aún le gusta usar dinero en efectivo, Lisa le recomienda utilizar una herramienta gratuita disponible en EE. UU.: La Oficina de Grabado e Impresión para personas no videntes o con visión reducida que lee el papel moneda. También existe una aplicación para dispositivos Apple llamada LookTel Money Reader que lee las divisas de varios países.

Tras aprender por las malas, Lisa enseña a sus dos hijas adolescentes, una de las cuales es vidente, educación financiera para asegurarse de que ambas estén preparadas para utilizar el dinero de manera inteligente.

Recursos útiles

La educación financiera es clave para la independencia, y por eso recursos como Penny Forward pueden ser de gran valor. El Fundador, Presidente y Director General Chris Peterson nació no vidente. Cuando empezó a ahorrar e invertir para sí mismo y su familia, se interesó por ayudar a otros enseñándoles a gestionar estos procesos por sí solos.

foto de Chris Peterson
Chris Peterson

En 2020 publicó un sitio web, un blog y un podcast, y tras consultar con otras personas decidió fundar Penny Forward como organización sin fines de lucro al año siguiente. En 2022, lanzó un servicio de membresía que cuesta 9 dólares al mes o 99 dólares al año, con el que se financia la organización emergente, la cual es gestionada esencialmente por voluntarios en estos momentos.

“Quería crear un servicio integral tanto para las personas no videntes o sordociegas, como para sus familiares”, dice Chris. “No hace falta ser no vidente para utilizar nuestros servicios. Sólo queremos asegurarnos de que las personas no videntes o sordociegas puedan acceder a ellas”.

fecha verde con la imagen de un perro guía vivaz y el texto “Penny Forward”

Una inversión rentable en educación financiera

En el sitio web de Penny Forward se encuentra información gratuita y siempre estará disponible. Pero los miembros pueden acceder a una amplia gama de cursos en línea a su propio ritmo, sesiones de entrenamiento en grupo en directo, que Chris denomina “conversaciones grupales”, y otros recursos que van desde consejos para evitar el fraude financiero hasta la apertura de cuentas que los familiares pueden utilizar para ayudar a un hijo o un ser querido que necesite ayuda adicional. Hay una amplia gama de recursos disponibles y Penny Forward puede ayudar a la gente a encontrarlos.

“Durante estas charlas grupales, podemos enseñar un tema específico o dar a la gente la oportunidad de hablar sobre lo que les inquieta e intentar ayudarlas a tomar buenas decisiones financieras”, explica. “También ofrecemos asesoramiento financiero individualizado, por ejemplo, para ayudar a las personas a poner en orden sus finanzas personales, elaborar un presupuesto, averiguar cómo pagar las deudas de las tarjetas de crédito o aprender todo sobre la compra de una vivienda”.

La membresía ofrece otros beneficios, como acceso anticipado a podcasts, a grabaciones de cursos en línea anteriores y a un boletín semanal con noticias financieras y actualizaciones sobre los próximos eventos de Penny Forward. Además, el sitio no trata sólo de finanzas. Es un foro donde la gente puede informarse, por ejemplo, sobre cómo utilizar servicios de transmisión en directo con descripción auditiva.

“No vendemos un plan para hacerse rico rápidamente, sino que creemos que labrarse un futuro brillante es un proceso largo y lento”, afirma Chris. “Es algo que casi cualquiera puede hacer y estamos aquí para ayudarlos a lograrlo”.

Más información: