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Escribo para compartir el camino que he recorrido para superar e incluso prosperar sobre un miedo personal que tengo hace mucho tiempo.
La mayoría de la gente de la familia Ivey sabe tocar un instrumento musical o cantar; muchos tocan varios instrumentos. Recuerdo que me encantaba cantar con mi padre y mi abuelo, JV, que era lo bastante bueno como para sonar en la radio en los años 40.
Nunca aprendí a tocar la guitarra, pero sé cantar. Incluso estuve en el coro en la secundaria. Canté como contralto y, más tarde, como tenor.
Perdiendo mi amor por el canto
Desgraciadamente, perdí mi amor por el canto debido a la continua pérdida de visión por la retinosis pigmentaria (RP) y por el cambio de mi voz en la pubertad.
Durante mi adolescencia había varios programas musicales en la televisión, como Sonny & Cher y Donnie & Marie. Quería cantar con los artistas mientras veía los espectáculos. De alguna manera, debido a mi visión disminuida, se me metió en la cabeza que cantaban sin mover los labios. Cuando mi familia intentaba corregirme, pensaba que me estaban molestando sin motivo.
En cuanto al cambio de voz, ocurrió a mediados del curso escolar. Llevaba todo el año cantando en el coro como contralto. Algunos de los otros estudiantes se dieron cuenta de que me costaba. Pero en vez de pedirle a un profesor se acercara a hablarme, se burlaban de mí. Incluso en un concurso me dijeron que solo moviera los labios. Nuestra actuación estuvo por debajo de nuestras expectativas, pero al menos el profesor del coro descubrió el problema y me pasó a los tenores al año siguiente.
Pero el daño ya estaba hecho. Había perdido mi amor por la música. Solo cantaba si sabía que nadie podía oírme.
Pero siempre cantaba con la radio cuando iba en auto con mi padre. A los dos nos gustaba la misma música y él nunca se burlaba de mí. También me cantaba a mí mismo para pasar el rato en la feria cuando no había mucha gente o cuando la gente evitaba mi caseta de juegos en busca de juegos más emocionantes con mejores premios.
En 2003, papá falleció y, en 2007, nuestra feria cerró. Empecé a trabajar en la feria de mi tío Albert. Mis juegos no podían competir con los de una feria más grande y al final tuve que buscar otra cosa en la que ocupar mi tiempo.
Encontrar una nueva profesión
La única experiencia laboral que tenía era ayudar a la gente a vender sus autos usados. Lo hice cuando papá vivía porque la única forma de comprar autos nuevos era vender los viejos.
Cuando dejé de trabajar en ferias, tuve que aprender muchas cosas nuevas, como la programación HTML. No lo aprendí porque quisiera. En aquella época, la única forma de que una persona no vidente pudiera gestionar un sitio web era aprender HTML. Esta forma de pensar era anterior a la existencia de tecnologías como WordPress, Wi-Fi y Facebook. No tenía dinero, ni talento ni habilidades. Al menos, así lo veía yo.
Mientras trabajaba para vender un carrusel usado, solicité un video de la atracción en funcionamiento. El video permitió vender en solo 30 días una atracción que llevaba más de un año a la venta a través de otros intermediarios.
Pensé que si un video podía vender una atracción, quizá otro podría venderme a mí. Decidí grabar videos informando a la gente sobre los nuevos artículos a la venta en la feria. Después de que un amigo me ayudara a configurar la cámara integrada en mi portátil para saber cuándo estaba enfocado, estaba listo para grabar. Pero necesitaba una introducción. No tenía dinero para contratar a alguien que lo hiciera. No tenía los conocimientos necesarios para crear algo sofisticado. Así que decidí hacer una introducción cantando. Se acercaba fin de año, así que hice unas líneas de la canción navideña de Nat King Cole. A la gente le gustó el video en general, pero también mi forma de cantar. Me incentivaron a cantar más.
Seguí grabando videos para el Midway Marketplace y, con el tiempo, empecé a grabarme haciendo canciones versionadas. Fue revelador saber que, según mis estadísticas, a la gente parecía gustarle más cómo cantaba que cómo hablaba.
Nunca pensé en estos videos como un VLOG (sitio web personal) o un podcast, y probablemente por eso pude grabarlos sin ponerme nervioso. Además, tenía la motivación de vender todas esas atracciones.
Descubrir los podcasts
A principios de 2013, descubrí los podcasts e hice mi primera entrevista en directo. Empecé a centrarme en el negocio de la venta de atracciones. Después de aceptar mi papel como alguien que podía inspirar a los demás y empezar a trabajar como el Bloguero Ciego (Blind Blogger), seguí haciendo podcasts y entrevistas radiofónicas. Un día, un presentador me preguntó si quería cantar al final de la entrevista. No lo pensé. Solo lo hice. Canté la segunda estrofa de River, de Garth Brooks, una canción sobre no esperar a mañana para pasar a la acción. ¡Al entrevistador le encantó! Otros entrevistadores empezaron a pedirme que cantara.
En otoño de 2016, aparecí en el Podcast Dreamers presentado por Super Joe Pardo. En 2017 me invitó a Filadelfia para formar parte de su primera conferencia presencial. Fue un largo camino para mi primer acto como orador. Por suerte, una vez que dije que sí, se me presentaron otras oportunidades. Puede leer más historias sobre mis conferencias en mi libro. Todos quedaron impresionados por mi valentía para hacer el viaje y por mi charla sobre no dejar que el miedo te aleje de tus sueños.
Tras el acto, la gente se quedó haciendo fotos. Me sentí a gusto con todos, así que les pregunté si les parecía bien que cantara delante de la pancarta. Dijeron que sí, y canté la primera estrofa de the River.
Me dolían las rodillas, el estómago y pensé que me iba a enfermar. Ese día estaba nervioso, algo que mis amigos y otros ponentes afirman que no le ocurre a Max. Cuando terminé, uno de los otros ponentes se acercó y me dio un fuerte abrazo. Se llamaba Azuka Zuke, autor de bestsellers y orador muy solicitado. Me dijo: ‟Max, soy instructor de oradores. Y cantar va a ser lo tuyo. No me quiero enterar que te has alejado del micrófono sin cantar”.
Me tomé muy en serio su mensaje y empecé a hacerlo. Al principio, tenía que explicar mi forma de cantar y justificarla. No me sentía bien cantando, pero ahora me resulta más natural. Les digo a los organizadores que cuando me contratan para hablar, me contratan sabiendo que voy a empezar o terminar con una canción.
Recibí una ovación de pie en mi última charla en persona en Pod Fest Expo Orlando en marzo de 2020. Hablando de cómo la pérdida de visión afecta a las cosas, ¡no sabía que me estaban ovacionando hasta que el organizador me lo dijo! Me alegro de que lo hiciera, o no habría reconocido a la multitud como es debido.
Aumento de mi confianza al cantar
Con el tiempo aumentó mi confianza para cantar en público. Empiezo a creer que tengo talento, que a la gente le gusta oírme cantar y que el valor que se necesita para afrontar mis miedos y cantar en público tiene el poder de cambiar vidas.
El año pasado escuché la canción ‟Better Together” de Luke Combs. Me encanta la canción, pero no me gusta una parte del mensaje del estribillo. Así que decidí escribir mis propias letras para su música.
Dónde él canta:
‟Es una combinación hecha en el cielo. Como los hombres buenos y la cerveza”.
Yo canto:
‟Es comer S’mores alrededor de la hoguera o el algodón de azúcar en la feria del condado”.
Compartí mi versión en Internet y a mis seguidores les gustó. Lo compartí con el personal de Luke Combs y nadie se quejó. No estoy seguro de que se hayan dado cuenta.
Después de escuchar mi versión de la canción de Luke Comb, un amigo me desafió a que escribiera una canción entera por mi cuenta. Le dije que nunca había escrito una canción y que no sabría por dónde empezar. Me preguntó: ‟Max, ¿cómo hiciste todas esas otras cosas difíciles?” Respondió a su pregunta diciendo: ‟Poco a poco”. Me retó a escribir un solo verso o una sola línea.
Así que seguí su consejo, que me recordó algo que sabía o debería haber sabido. Creé una canción llamada ‟Si no preguntas”.
Papá me enseñó que te dirían ‟No” muchas veces. También me enseñó que, como persona no vidente, tenía que superar el miedo a pedir ayuda. Siempre solía decir que si no preguntas, no pueden decirte que sí.
La canción hace referencia a cosas como que te contraten, que te ayuden a mudarte, que te digan sí quiero o que te digan que eres el mejor.
La letra representa una charla que di muchas veces y pensamientos que he compartido en muchas entrevistas de podcast. Me sorprendió el número de personas que dijeron que la canción les había ayudado a entender mejor mi mensaje que cuando hablaba del tema.
Finalmente, mi amiga y editora, Lorraine Reguly, me incitó a escribir la próxima canción. Me sugirió que usara ‟¿Cuál es tu excusa?” Esto se debe a que, a lo largo de los años, muchas personas han dicho: ‟Si Max puede hacerlo, ¿cuál es mi excusa?”
Mi podcast también se llama ‟¿Cuál es tu excusa?” Y la red de podcasts que fundé el año pasado para ayudar a las personas con discapacidad a crear sus propios programas se llama WYE network.
Empecé a trabajar en la canción. Enseguida se me ocurrió el estribillo. Rápidamente me vino a la mente una melodía pegadiza.
Una vez que me decidí por el estribillo, los versos de cada estrofa tenían que tener un número similar de palabras. Y realmente luché con eso. Incluso ahora, un par de líneas no encajan del todo.
Compartí los primeros versos en LinkedIn y Facebook para conocer la opinión de la gente. Las críticas no fueron muy buenas. Me dijeron que la canción necesitaba mucho trabajo. La gente decía que las estrofas y el estribillo eran demasiado repetitivos. Algunos dijeron que la canción era demasiado larga para ser comercial. Y otros criticaron la calidad del audio o el fondo de video de mi grabación.
Pero seguí trabajando en ello. Llegué a tener cuatro versos sólidos. Estaba bastante contento con el resultado, pero quería conocer más opiniones. Varias personas de mi círculo seguían pensando que no era lo bastante bueno.
Finalmente decidí hacer lo que les digo a otros creativos que hagan. Hice lo que comenté en mi post sobre cómo empezar un podcast. Igual lancé mi canción. Le di a la gente la oportunidad de encontrar algo que amar.
Y vaya si encontraron cosas que les encantaron. Mi amigo Rick Dodson, músico e intérprete profesional con quien no lo compartí antes de publicarlo, me dijo que era honesto y auténtico. Decía que me veía trabajando en el puesto de algodón de azúcar de mi abuela o montando atracciones de feria bajo el sol de Texas.
Otro amigo, Kevin Lowe, presentador del podcast ‟Lowe Down with Kevin Lowe”, calificó mi canción como un clásico de la música country que incluye una auténtica narración de historias.
Y mi amigo Romeo Crow, del Reino Unido, que tampoco había escuchado la canción antes de su lanzamiento, me escribió para decirme lo mucho que le gustaba, mencionando específicamente las líneas sobre mi brillante sitio web.
Mi próximo acto
Compartí mi canción con Neva Fairchild, de la Fundación Estadounidense para Ciegos (AFB, por su sigla en inglés), y Pris Rogers, de la APH VisionAware. No le dije a ninguno de los dos que lo había compartido con el otro.
Neva dijo: ‟¡Max, esto es genial! ¿La cantarás en la ceremonia de graduación de los Líderes No Videntes de la AFB?” Dije que claro, siempre que pudiera cantarla a capella porque es la única manera que conozco de cantarla.
Me dijo que eso estaba bien, pero que pensara en formas de fomentar la participación del público. Algunos amigos dicen que la canción se les queda grabada en la cabeza y que no pueden evitar cantarla o seguir el ritmo dando golpecitos con los pies.
Cuando Pris escuchó mi canción, dijo: ‟Es increíble; tenemos que encontrar más cosas que hacer con tu canción”. Me sugirió que escribiera este post sobre mi viaje.
Cambio de planes
Había estado ensayando mi canción, esperando la ceremonia de graduación con emoción y miedo. Cantar en público es una de esas cosas que siempre me pondrán nervioso. Y ésta iba a ser la primera vez que asistía a un acto en el que mi canto era el principal motivo para asistir.
Bueno, como a veces ocurre en la vida, resultó que no podía ir a Louisville. El este de Kentucky tenía inundaciones. Sé que está muy lejos de Louisville, pero los habitantes de Houston tenemos un sano temor a las inundaciones. Además, el COVID volvía a estar en alza. Vivo con una madre de 78 años y un hermano menor que sobrevivió a una arritmia, que suele ser mortal. Había demasiadas personas en riesgo en mi familia como para aventurarme. Además, el viaje estaba poniendo nerviosa a mi familia de la iglesia. Si por mí fuera, habría seguido adelante de todos modos.
Al principio estaba destrozado. No recuerdo nada que haya deseado tanto en años. Estaba tan deprimido por no poder ir que ni siquiera pensé más allá de la decisión.
Es curioso porque muchos me conocen como ‟la persona sin excusas” y ‟la persona que decide encontrar lo positivo”.
Neva fue muy comprensiva. Me dijo que podía asistir a la ceremonia por Internet e incluso cantar mi canción virtualmente. Me sentí un poco mejor.
Pero no es lo mismo actuar a través de Zoom o Google Meet que en persona con el micrófono en la mano. La energía es diferente. No hay nada como la respuesta inmediata de un público acalorado.
No sabía si la gente sería capaz de acompañar cantando o no. Tampoco sabía si la AFB obtendría el mismo beneficio compartiendo el video. Además, al artista que hay en mí le molestaba decepcionar a la gente por no estar presente.
Sin embargo, seguía deseando cantar. Sin esto, me habría costado aun más recuperarme de la sensación de decepción personal. No se nos presentan muchos de estos momentos, así que tenemos que aprovecharlos.
Mi amigo Rick dijo que cantar en una plataforma virtual sería aún mejor. Señaló que la gente podía verlo en directo en lugar de ver el video del evento más tarde. Antes del acto, no sabía si estaba de acuerdo con él.
Ahora, puedo sus opiniones sobre cómo fue y cuál es el impacto de escuchar a este chico ciego trabajador de feria de Houston, Texas, cantando una canción que escribió en un gran escenario haciéndole frente a su miedo a cantar porque le trae alegría a él y a los demás.
La canción
Esta es mi canción… ¡Si yo puedo hacerlo, cuál es tu excusa! ¡Disfruta!
Una palabra de aliento
Espero que mi historia lo anime a enfrentar sus propios miedos y a dar pequeños pasos para seguir su pasión. Si puedo ser de ayuda, póngase en contacto conmigo a través de mi sitio web.
Muchas gracias por formar parte de mi viaje.
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