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Nota del editor: Gil Johnson falleció el 25 de marzo de 2024. APH VisionAware le está muy agradecida por los conocimientos que aportó a APH VisionAware y a nuestros lectores. Actualizamos esta publicación en honor a su excepcional vida y sus contribuciones.
Sobre Gil
La vida profesional de Gil comenzó como Consejero de Rehabilitación y Supervisor en el Departamento de Rehabilitación de California. Trabajó durante más de 40 años como consejero de rehabilitación, supervisor, gerente y director en agencias de rehabilitación públicas y privadas. En 2008, Gil se jubiló de la Fundación Estadounidense para Ciegos (AFB, por su sigla en inglés), donde ocupó el cargo de Asesor principal sobre cuestiones críticas y Director del Centro Nacional de Empleo de la AFB.
Gil, el escritor
Como ávido (y talentoso) carpintero, escribió La guía de la carpintería según Gil y Ser abuelo no vidente o con visión reducida en el sitio web de VisionAware.
Gil se encargó del mantenimiento de sus casas a lo largo de los años, incluyendo el retejado del tejado, la sustitución del cableado eléctrico, diversas reparaciones de plomería y el diseño y construcción de cajoneras, mesas de noche, librerías y literas. Como resultado de esta riqueza de conocimientos, escribió una sección muy popular de Reparaciones del hogar y del vehículo para VisionAware.
Entrevista de Gil con VisionAware
En una entrevista con Gil en 2013, Gil describió su relación con su sabio y comprensivo padre:
“Nadie más en la familia de mis padres había sufrido pérdida de visión, así que ni mis padres ni mis hermanos estaban familiarizados con la ceguera. No recuerdo que se esperara menos de mí que de mis hermanos y hermana. Seguro que habían actividades que mis padres no querían que hiciera o en las que no me dejaban participar, pero siempre sentí que podía hacer lo que me sentía capaz de hacer. Cuando me equivocaba, aprendía del error.
Una tarde fui con mi padre a una cita que tenía; decidí esperar en el auto y, mientras él no estaba, jugué a simular que conducía el auto como hacen muchos niños. Giré el volante de un lado a otro, cambié de velocidad con el pedal del embrague, pisé el freno y emití sonidos de motor.
Oí un ruido de raspado debajo del auto y me bajé para ver si podía distinguir qué era; no encontré nada malo, pero dejé de jugar y puse el freno de emergencia. Pronto oí a mi padre fuera, diciendo: “¿Dónde estás?”. Al parecer, había doblado la esquina con el auto y chocado contra un farol que había delante de una barricada en la calle.
En otra ocasión, fui con mi padre a un complejo pesquero donde él tenía trabajo que hacer. Salí a caminar por un muelle de pesca y, al final, encontré un bote de remos amarrado al muelle. Pensé que el bote debía estar más cerca de la orilla, así que subí, desaté el bote y empecé a remar. En seguida, descubrí que no podía ver la costa ni el muelle. Oí a mi padre gritar: “¿Qué haces ahí fuera?”.
No era muy bueno remando y daba vueltas en círculos y cada vez me alejaba más de la orilla. Me guió de vuelta a la orilla. No dijo nada sobre ninguno de los dos sucesos ni se lo dijo a mi madre, y yo desde luego no se lo dije a ella”.
Gil en el periódico Contra Costa Times (California)
Al hablar con los miembros del Diablo Woodworkers Club sobre su carrera como carpintero, tal y como se informa en un reportaje del Contra Costa Times, dijo:
“El centenar de miembros activos del club Diablo Woodworkers son aficionados solo de palabra. Conocen bien el torno y el taladro hidráulico, y fabrican cofres, mesas, escritorios, armarios y sillas. Pero en su reunión mensual de Pleasant Hill de la semana pasada, se sentaron en silencio cautivados mientras Gil Johnson, de 75 años de edad, se ponía delante de ellos y les explicaba cómo fabricaba muchas de esas mismas cosas.
Johnson, que nació con problemas de visión, perdió la visión desde los 14 años de edad.
Este residente de San Leandro no recuerda ninguna época en la que no se sintiera atraído por un taller. (“El olor a madera recién cortada, el sonido de una sierra afilada recorriendo una tabla, el sonido de un taladro… todas esas cosas me llegan al alma”, dijo). Reconoce que su padre, plomero de oficio, fue quien le abrió el apetito de joven.
A los 17 años, ya había construido un escritorio de nueve cajones con madera de abedul. Este escritorio permanece aún en su casa. Más tarde, construyó cajoneras, mesas de noche, librerías y tres juegos de literas para sus nietos. Remodeló cocinas, reinstaló un nuevo cableado de electricidad, reparó un triturador de basura, construyó muros de contención de hormigón e incluso colocó nuevas tejas en techos.
“Sólo tienes que subirte y asegurarte de que no te resbalas”, dijo, haciendo parecer que un no vidente sobre un tejado sonara casi normal”.
Más sobre Gil: Las 50 personas notables del Departamento de Rehabilitación de California
Para celebrar el 50.º aniversario del Departamento de Rehabilitación de California (DOR, por su sigla en inglés), el departamento solicitó nominaciones para personas notables que inspiran a otros a través de su promoción, liderazgo, éxitos, logros y / o dedicación al movimiento de la discapacidad y el empleo, la independencia y la igualdad de los californianos con discapacidad.
Gil Johnson fue seleccionado como uno de los “50 Notables” de California. En su carta de nominación, Stuart Wittenstein, doctor en educación, Superintendente de la Escuela para Ciegos de California, declaró:
“Además de los logros y actividades profesionales que se describen a continuación (y la limitación de espacio me impide enumerar aún más logros ejemplares de Gil), Gil es un excelente modelo a seguir para los alumnos no videntes, como los de mi escuela, la Escuela para Ciegos de California.
Gil fue marido, padre, abuelo, propietario, contribuyente y ciudadano, además de sus logros profesionales. Como tal, Gil le demuestra a nuestros alumnos que sus discapacidades no les impiden alcanzar su propio sueño dorado.
Gil Johnson fue un innovador y líder en el empleo y la rehabilitación de personas no videntes durante 44 años…. Recibió varios premios y certificados de reconocimiento a lo largo de su carrera, entre ellos el premio John H. McAulay de la Asociación de educación y rehabilitación de personas no videntes y con discapacidad visual y un premio del Consejo de Ciegos de California por artículos publicados en el Blind Californian.
Siempre creyó que los profesionales de la rehabilitación que honran y respetan los intereses y las fortalezas de las personas no videntes y con visión reducida que solicitan empleo, respetando a los empleadores como socios en pie de igualdad en el proceso de rehabilitación… es lo que se necesita para facilitar el éxito de unos resultados de empleo competitivos.
Gracias por la oportunidad de describir a este gran hombre californiano que creo digno de reconocimiento”.
Más información
Echa un vistazo a la historia narrada de Gil grabada por Bryan Bashin, antiguo Director general de San Francisco Lighthouse.