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Llegó mayo y aunque muchas personas en todo el país celebran este mes con entusiasmo por el final del curso escolar, también es importante dedicar tiempo a un tema que afecta en gran medida a la vida de millones de personas en todo el país (y el mundo): el mes de la salud mental.
La salud mental y los cambios en la visión son dos cuestiones complejas que afectan de manera significativa a la vida de una persona. Si bien hay mucha información disponible sobre cada tema, se habla poco de la relación entre ambos. Al tratarse de un cambio de vida importante y, por lo general, inesperado, los cambios en la visión pueden ser un agravante de los problemas de salud mental existentes o incluso desencadenar otros nuevos. Tal vez ya luche contra la ansiedad o la depresión y vea que sus síntomas empeoran. O quizás no tenga antecedentes de problemas de salud mental. Sin embargo, desde que su visión cambió, usted sufre de ansiedad, depresión u otros problemas de salud mental. Cualquiera que sea el campo en el que caiga, debe sentirse en un lugar seguro. Esperamos que encuentre algo de solidaridad, consuelo y una sensación de normalidad al leer este blog y los demás recursos disponibles a través de APH VisionAware.
Adaptación a una pérdida de visión reciente
Recibir un nuevo diagnóstico y experimentar cambios en la visión puede suponer un gran impacto, sobre todo cuando usted o su ser querido vivieron la mayor parte de su vida con una visión normal. Pueden surgir muchas preguntas y temores; los sentimientos de pena, rabia, incertidumbre y depresión pueden resultar abrumadores. Puede que se pregunte cómo realizará las tareas cotidianas que antes hacía en “piloto automático”.
Es probable que esta incertidumbre afecte a su independencia y vida social, lo que puede contribuir aún más a los sentimientos de aislamiento y ansiedad. Aunque no sea para nada agradable, debe enfrentar la situación e identificar sus sentimientos. Es aún más importante saber que no está solo. Estas reacciones, y muchas otras, son normales en el proceso de adaptación a los cambios en la visión. También es importante tener en cuenta que existen muchos recursos aquí y a nivel local para ayudarlo a hacer frente a esta situación tan incierta y a recuperar el equilibrio, por así decirlo.
Adaptación a la pérdida progresiva
Tal vez ya hayas sufrido una afección ocular y hayas aprendido estrategias y habilidades para enfrentarte a la vida de forma independiente. El desafío para usted puede ser que su visión no sea estable y que tenga un diagnóstico de una enfermedad conocida por causar pérdida progresiva de la visión. Esto supone un desafío único: adaptar las habilidades prácticas de la vida diaria a los cambios en la visión.
Estos cambios también pueden venir acompañados de nuevos problemas de salud mental, a los que hay que hacer frente. Por ejemplo, es posible que tenga miedo a lo desconocido, no solo lo desconocido de cómo será la ceguera, sino también lo desconocido del momento. La ansiedad, la depresión y otros problemas pueden ser “amigos” con los que se encuentre a diario mientras trata de asimilar cada nuevo cambio que experimenta.
Pida ayuda: no está solo
- Sea paciente y comprensivo con usted mismo o con un ser querido que haya experimentado (o esté experimentando) una pérdida progresiva de la visión. Adaptarse a la “nueva normalidad” puede ser un proceso lento y difícil, pero hay esperanza.
- Busque ayuda de un profesional de la salud mental cualificado, ya sea de forma virtual o presencial, como un consejero o terapeuta. Estos profesionales pueden ayudarlo a hablar abiertamente de sus emociones y a trabajar en ellas, así como a desarrollar estrategias para controlar los síntomas de salud mental.
- Hable con sus médicos. Su médico de cabecera puede ayudarlo a determinar si necesita medicación para estabilizar la salud mental con el objetivo de que pueda controlar sus pensamientos y emociones.
- Sepa que hay muchas formas de disfrutar de las actividades en las que participaba antes de tener visión reducida o ceguera. Sin embargo, puede que necesite desarrollar nuevas técnicas para hacerlas. Busque instructores y profesionales locales familiarizados con la ceguera y la visión reducida que puedan enseñarle estrategias para adaptarse a su nuevo estilo de vida.
- Busque recursos en Internet para saber más sobre cómo otras personas no videntes o con visión reducida afrontan los problemas de salud mental. Estos son algunos recursos por los que puede empezar:
La salud mental y los cambios en la visión son cuestiones complejas que pueden afectar de manera significativa su vida. Al reconocer el impacto que tienen estos dos grandes temas, sobre todo cuando se superponen, es de esperar que se sienta capacitado para ofrecer ayuda o acompañamiento a un ser querido y atravesar el proceso de control de los síntomas de salud mental, todo ello mientras descubre las posibilidades disponibles en una nueva forma de vida.