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Nota del editor: El personal de la APH actualizó el siguiente blog en noviembre de 2023.
¿Está familiarizado con los “comentarios”? Es cuando alguien, como un profesor o un jefe, le dice lo que piensa de su rendimiento o sus progresos. A los comentarios se los suele denominar como crítica constructiva.
Si pertenece al mundo académico, es posible que reciba comentarios de un profesor o un asesor. Si se encuentra en el mundo profesional, los comentarios pueden provenir de un jefe, un mentor o un colega. Claramente también podemos incluir a amigos y familiares. Ya sean positivos o negativos, los comentarios son importantes para el desarrollo en el trabajo o en la escuela.
Comentarios negativos
Recibir comentarios negativos de cualquiera de los que fueron mencionados pueden resultar difíciles de manejar, pero pueden ser necesarios para crecer. Es el tipo de comentario que resulta por exámenes fallidos, errores de papeleo, la impuntualidad a las reuniones o el no asistir a estas. Sin embargo, esto es solo el comienzo. Todo el mundo recibe comentarios negativos. Si a eso le sumamos la visión reducida o la ceguera, la sensación puede ser mucho peor.
En mi experiencia, los comentarios negativos son los más difíciles de aceptar. Sentiría pena de mi mismo. Utilicé mi pérdida de visión de muleta. El verdadero problema se centraba en que en mi mente estaba interpretando los comentarios negativos de manera errónea y en cómo estaban frenando el desarrollo de mi carrera. En lugar de manejarlo de manera profesional, me lo tomé como algo personal. Pasaron muchos años antes de que pudiera comprender el valor que tenían los comentarios negativos.
La buena noticia es que se puede desarrollar la capacidad de manejar y utilizar los comentarios negativos para darle impulso a la carrera profesional y otras áreas de la vida.
Cómo manejar los comentarios negativos
Es fácil sentirse dolido, enfadado, avergonzado o nervioso cuando el jefe nos señala un defecto, un error o una carencia en el rendimiento laboral. Las emociones pueden desbordarse, pero es importante mantener la compostura y responder como un profesional. Puede probar esto:
- Mantenga la calma: antes de sentarse en el despacho de su jefe, respire hondo y deje que se disipe toda la tensión posible. La ansiedad tiende a aparecer cuando un directivo nos pide hablar.
- Esté presente mental y físicamente: en otras palabras, céntrese en el ahora. Dirija su atención a la persona que le habla. Nada es tan importante como este momento para su carrera. Ni siquiera las actualizaciones de las redes sociales o los pensamientos de duda persistentes.
- Sea racional: ponga en marcha su capacidad de pensamiento crítico. Haga todo lo posible por aclarar qué ocurrió o llevó a ese momento. Hágale preguntas educadas a su jefe. Trate de entender cuál fue la causa del problema.
- Sea agradecido: es raro, ¿verdad? Muéstrele gratitud a su jefe. Agradézcale sus comentarios. Asegúrele que trabajará para mejorar. Termine preguntando si le parece bien volver a pedir más orientación en breve.
Canalizar los comentarios negativos
Una vez pasado el temporal, es el momento de demostrar su profesionalidad. No vuelva a su lugar de trabajo y espere que no vuelva a ocurrir. En su lugar, haga lo siguiente:
- Sea valiente: los receptores de comentarios negativos pueden abstenerse de hablar frente a sus jefes o compañeros de trabajo. Todos cometemos errores. No permita que lo persigan día tras día. Siga con su trabajo y sea asertivo.
- Tenga una mentalidad de crecimiento: decirse a uno mismo que no puede mejorar es contraproducente. En su lugar, desarrolle una mentalidad de crecimiento. Todos podemos mejorar nuestras habilidades y nuestras competencias.
Pero hay que trabajar. A veces es un trabajo muy duro. Esa es la esencia de una carrera. Acepte esta verdad y siga adelante.
- Sea ingenioso: sea su propio líder. No espere a que nadie le resuelva su problema. Piense en algunas soluciones para reducir el riesgo de errores y mejorar el rendimiento.
Los comentarios negativos son difíciles de escuchar y de aceptar. A veces sentía que mis superiores no me entendían ni a mí ni a las dificultades de mi pérdida de visión. Sin embargo, llegó un día en el que comprendí que la ceguera ya no podía ser el chivo expiatorio de mi bajo rendimiento.
Aprender a manejar y a utilizar los comentarios negativos cambió mi perspectiva de futuro. Me obligó a ser responsable, valiente, con mentalidad de crecimiento e ingenioso, lo que cambió el curso de mi carrera. Sé que a usted también le puede funcionar.