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A medida que nos acercamos al Mes de los Estadounidenses Mayores y al Mes de la Visión Saludable en mayo, reflexionemos sobre el progreso en el logro de los resultados deseados a largo plazo en la Teoría del Cambio (TOC, por su sigla en inglés) que se adoptó en la Coalición Nacional de Envejecimiento y Pérdida de la Visión (AVLNC, por su sigla en inglés) en el 2019.
Cuando se creó por primera vez a través de VisionServe Alliance (VSA, por su sigla en inglés), la Coalición pretendía exponer los problemas más críticos relacionados con el reconocimiento y la prestación de servicios a las personas mayores con pérdida de visión asociada a la edad.
Planteamiento del problema de la TOC
Como se indica en el planteamiento del problema de la TOC: “las enfermedades oculares relacionadas con la edad dañan de manera significativa la vista de más de 12 millones de estadounidenses mayores de 60 años”. La declaración refleja que, sin intervención, la capacidad de funcionar de manera independiente y la salud física y mental de estas personas se verán afectadas de manera negativa. El costo global de los problemas relacionados con la visión, incluidas las caídas, fue de más de USD 145 000 millones anuales en el 2014 y se espera que alcance los USD 376 000 millones en el 2050 Impacto de la pérdida de visión: Research to Prevent Blindness (rpbusa.org).
Resultado crítico a largo plazo
En la TOC, desde la AVLNC se estableció un resultado ambicioso, pero crítico a largo plazo. “Lo ideal sería que las personas mayores con pérdida de visión envejecieran con éxito en su lugar, participaran en actividades significativas y accedieran a recursos, servicios profesionales de rehabilitación visual, herramientas de vida independiente y empleo cuando lo deseen”.
Desde el año 2019, la Coalición trabajó en cuatro objetivos principales para lograr este resultado:
- concienciación;
- política y financiación;
- datos e investigación;
- acceso a los servicios.
Informes del proyecto Big Data
Como resultado de este trabajo, ahora disponemos de informes de Big Data que muestran la prevalencia de la visión reducida y la ceguera en todo el país, en muchos estados y hasta el nivel de los condados. Los informes destacan datos sorprendentes sobre los bajos niveles socioeconómicos, la escasa calidad de vida y el gran número de comorbilidades que padecen las personas mayores no videntes o con visión reducida (consulte los informes de Big Data). Algunos condados de Estados Unidos tienen una tasa de prevalencia superior al 21 %.
El sistema de rehabilitación visual de este país llega a menos del 3 % de las personas mayores que necesitan servicios. Además, la financiación de estos servicios lleva estancada más de una década.
Financiación y política
A través del Comité de Financiación y Política, los defensores recomendaron cambios en la Ley de Estadounidenses Mayores (OAA, por su sigla en inglés) que reconocerían e incluirían servicios de rehabilitación visual para personas mayores no videntes o con visión reducida. Lea La visión del siglo XXI para un problema antiguo (asaging.org) si desea saber más sobre estos esfuerzos de defensa. Existe un trabajo en curso a fin de encontrar formas de obtener la cobertura de Medicare para estos servicios.
Establecimiento de la Semana de Rehabilitación de la Visión
Seguimos apostando a la concienciación pública sobre la necesidad de los servicios de rehabilitación visual de diversas maneras. VisionServe Alliance, sus miembros, la AVLNC y los socios nacionales de la visión y el envejecimiento colaboran para establecer la Semana de la Rehabilitación Visual. La fiesta internacional conmemorará y brindará información y concienciación vitales sobre todos los servicios de rehabilitación visual que cambian vidas. En la Semana de la Rehabilitación Visual, se confirmará lo vital que es la rehabilitación visual en la atención continua de la visión. Además, se celebrará la importancia y los beneficios de las carreras profesionales en este campo. Esté atento para obtener más información.
Defensa
Larry Johnson, a sus 90 años, es un ferviente activista en favor de los servicios para personas mayores no videntes o con visión reducida, lo que resume la necesidad de la defensa. La siguiente cita es del artículo “Envejecimiento y pérdida de visión, cuando los años dorados empiezan a perder su brillo” de Larry Johnson.
“¿Qué ocurre cuando envejecemos? Bueno, no podemos hacer muchas de las cosas que solíamos hacer. Si le reemplazaron la rodilla o la cadera, tiene artritis, hipertensión o EPOC, seguro reconoce y acepta el hecho de que tiene que tomárselo con calma. Pero cuando la vista, la audición o el equilibrio empiezan a fallar, se está mucho menos dispuesto a admitirlo. No quiere darle las llaves de su coche a su hija. Posterga la búsqueda de un audífono o de un bastón que lo ayude a caminar. Admitir la realidad es vergonzoso y doloroso. Ya no ve tan bien, no oye tan bien o no tiene la misma estabilidad que antes. Cuando, por fin, está preparado para reconocer que tiene una discapacidad visual o auditiva, ¿qué hace? ¿A quién acude en busca de ayuda y qué tipo de servicios necesitará?
Por lo general, si sufre pérdida de visión, necesitará lupas especiales, quizá un reloj parlante, alguien que le enseñe a utilizar el microondas, la lavadora y a cocinar con seguridad una comida con poca o nada de visión, a desplazarse a la consulta del médico y muchas cosas más. Sin embargo, ahora se enfrenta a otra cruda realidad: la falta de servicios disponibles, recursos y profesionales capacitados que le ayuden a adaptarse a su nueva vida de pérdida de visión y le permitan seguir “envejeciendo en el lugar” y vivir de manera independiente sin tener que trasladarse a una residencia de ancianos”. (Recursos | Alliance on Aging and Vision Loss (aavl-blind-seniors.org)
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