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Sin duda, empezar un nuevo trabajo implica sentir emoción y ansiedad. A menudo, las personas se trasladan al otro lado del condado, del estado o incluso del país por un nuevo trabajo. Al recordar mi primer trabajo profesional, recuerdo que me trasladé a varios cientos de kilómetros de amigos y familiares. Me sumergí en lo desconocido, sin saber si aguantaría un mes, y mucho menos una semana. He sobrevivido y he prosperado, y usted también puede hacerlo.
A pesar de tener menos de tres semanas para avisar al dueño del departamento, buscar una nueva casa, hacer las valijas e investigar las rutas de tren y autobús hacia la oficina, mantuve la calma y la serenidad durante todo el proceso de planificación. Eso no quiere decir que no sintiera nervios. Tanto si se muda al otro lado del país como a la ciudad en busca de una nueva y fantástica oportunidad profesional, preste atención a los siguientes consejos de un profesional ciego en actividad.
Tener un plan, establecer conexiones
Lo primero que hice fue enumerar todo lo que tenía que hacer para llegar con éxito al trabajo el primer día en menos de tres semanas. Mi lista de preparativos era mi única guía y calendario de lo que tenía que hacer para no desviarme de la tarea. Al principio, tuve que averiguar qué amigos, familiares y grupos conocía en la ciudad y el condado a los que me iba a mudar. Estas personas pueden servirle de conexión en lo que respecta a los recursos.
Tras identificar algunos contactos sólidos, pude encontrar un alojamiento adecuado y conocer rutas seguras de autobús y tren. A pocos días de mi fecha de inicio, hice algunos simulacros en el transporte público. Si accede a un especialista en orientación y movilidad, aunque solo sea mediante una consulta telefónica, podrá averiguar información importante sobre su ciudad. Un amigo o familiar dispuesto a acompañarlo inicialmente en el recorrido también puede ser una opción.
Conocer su entorno de trabajo
Una vez que esté en el lugar de trabajo, dedique tiempo a conocer y orientarse en el entorno laboral, incluidos los recorridos hasta los baños, las salas de descanso y las salidas de emergencia. Acceder a otras áreas clave de su lugar de trabajo también es bueno. Si trabaja en un espacio compartido o en medio de una fila de cubículos, busque la forma de identificar rápida y silenciosamente su área con la menor interrupción posible. Para mí, esto significaba colocar una silla a la derecha de la entrada de mi oficina. Podría estirar la mano para confirmar que es mi lugar.
Hacer que la oficina sea de fácil acceso
Piense cómo puede mejorar la accesibilidad a aquello que utilizará durante su jornada laboral. Algunos elementos a considerar para tener acceso en la oficina podrían ser una máquina de café, impresora/fotocopiadora y control climático personal de la oficina, por mencionar algunos. Un terapeuta de rehabilitación visual puede ayudarlo a adaptar estos elementos. Unas cuantas etiquetas en braille o táctiles pueden ser todo lo que necesite para garantizar un acceso independiente.
Comunicar con tacto y elegancia
Tendrá que autodefenderse y hacer ajustes sobre la marcha. Considere hacer lo siguiente:
Abogue por sus necesidades.
Comunicarles las necesidades individuales y las adaptaciones a su nuevo empleador y a sus compañeros es fundamental. La comunicación puede implicar solicitar tecnología de asistencia, como lupas de pantalla o software de texto a voz, o modificar el entorno laboral, como contar con señalización en letra grande o marcas táctiles en los equipos. Sea proactivo. No espere a que su empresa le proponga adaptaciones. Pregunte por las políticas y los procedimientos de la empresa para personas con discapacidad y tome la iniciativa de solicitar lo que necesite para realizar su trabajo.
La flexibilidad es clave.
Es posible que en el lugar de trabajo las cosas no sean perfectas y haya que hacer ajustes. Por ejemplo, es posible que tenga que aprender a utilizar su tecnología de trabajo con el software de la empresa o encontrar formas de sortear obstáculos en su entorno laboral. También puede llevar tiempo que su jefe y sus compañeros se adapten a sus solicitudes de adaptación y comprendan sus necesidades. Debe tratar de ser paciente y comprensivo y estar dispuesto a educarlos sobre su visión.
Presentarse ante sus colegas
Dígales su nombre y cuénteles que es no vidente o tiene visión reducida. Explíqueles qué adaptaciones necesita y cómo pueden ayudarlo.
Pedir ayuda cuando la necesite
No tenga miedo de pedir ayuda a sus compañeros o a su supervisor si la necesita. Están ahí para apoyarlo y ayudarlo a tener éxito en su nuevo trabajo.
Hay muchos recursos a disposición de las personas no videntes o con visión reducida. Estos recursos pueden proporcionarle apoyo, formación y tecnología de asistencia.
Recuerde que está cualificado para su nuevo trabajo y que merece tener éxito. No tenga miedo de defenderse y pedir las adaptaciones necesarias. Con estas sugerencias y consejos en mente, aclimatarse al nuevo puesto y al nuevo entorno laboral será más fácil de lo imaginado, y se convertirá en un profesional en poco tiempo.