Cartas a los padres: el camino de una TVI hacia el propósito y la pasión 

classroom cabinets decorated with space-themed pictures

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En este sincero blog, Julene Fitch, profesora de alumnos no videntes o con visión reducida, comparte su trayectoria desde que era una madre que se enfrentaba a los retos de criar a un hijo con visión reducida hasta convertirse en una apasionada educadora dedicada a capacitar a los alumnos y sus familias. Su compromiso con la colaboración, el desarrollo holístico y la creación de una comunidad solidaria brilla con luz propia cuando subraya la importancia de trabajar juntos para superar los obstáculos y crear un futuro mejor para los niños no videntes o con visión reducida.  

Carta de Julene Fitch 

Estimados padres: 

Al sentarme a escribir esta carta, me siento abrumada de gratitud por la oportunidad de compartir mi recorrido con ustedes. Mi camino hasta convertirme en docente de personas no videntes y con visión reducida ha sido profundamente personal y transformador. Todo empezó con un pequeño giro del destino… o quizá de la suerte. 

Creo que Dios me diseñó para esta función. Mi camino comenzó cuando mi propio hijo nació con glaucoma. De repente, mi vida dio un giro totalmente inesperado y me vi inmersa en un mundo del que sabía muy poco. Al principio, el sistema educativo, y en especial la adaptación y atención a las necesidades específicas de los niños con discapacidad visual, parecía un enigma. Me sentía perdida, abrumada e insegura sobre cómo navegar por este territorio desconocido. 

Pequeña aula con una mesa para dos

La verdadera vocación 

Pero la adversidad tiene una forma de revelar nuestra verdadera vocación. El camino que siguió no siempre fue fácil. Al principio, el sistema educativo me parecía un laberinto de confusión, y a menudo me sentía perdida e insegura. Los retos a los que nos enfrentábamos como familia, y mi deseo de comprender y apoyar mejor a mi hijo me llevaron a tomar una decisión que cambiaría mi vida: ser profesora. Aprendería los entresijos del sistema educativo y me dedicaría a mejorarlo para niños como mi hijo y familias como la nuestra. No sabía que esta decisión me llevaría a la alegría de mi vida.  

A los 29 años, me embarqué en este camino como madre soltera de tres hijos, decidida a completar mi licenciatura en educación especial. Me licencié, me volví a casar y empecé mi carrera docente. Durante los nueve años siguientes, me dediqué a enseñar a alumnos con necesidades de intervención intensas. Esta experiencia fue muy enriquecedora, ya que me permitió aprender y crecer junto a mis alumnos. 

Especialización 

Sin embargo, mi pasión por marcar la diferencia en la vida de los niños no videntes o con visión reducida ardía aún más. Impulsada por esta dedicación inquebrantable, seguí formándome y completé un máster para especializarme en la enseñanza a estudiantes no videntes y con visión reducida, así como en orientación y movilidad. 

Como profesora itinerante de alumnos no videntes y con visión reducida, mi misión es llevar el don de la educación a los niños, estén donde estén. Me embarco en este camino de la enseñanza no como una figura solitaria, sino como una colaboradora, como una constructora de equipos dinámicos. Con una convicción inquebrantable, creo que somos mejores cuando trabajamos juntos, aunando nuestros conocimientos y recursos para capacitar a cada niño. 

Enseñanza itinerante 

Mi papel de profesora itinerante me lleva al corazón del entorno de aprendizaje de cada niño. Entiendo que su educación no se limita a un aula, sino que se extiende a todos los aspectos de su vida. Aunque soy responsable de impartir la enseñanza en las nueve áreas del plan de estudios básico ampliado, mi convicción en el desarrollo de estas habilidades esenciales impregna todas las facetas de la experiencia de cada niño. 

En mi trato diario con los niños, me sorprenden su resistencia, su fuerza y su determinación. Se enfrentan a retos únicos y, sin embargo, perseveran con un valor inquebrantable. En su presencia, me siento constantemente inspirada. Es una experiencia de humildad, que me recuerda que el aprendizaje es una calle de doble sentido. Sus hijos me enseñan tanto como yo a ellos; les estoy infinitamente agradecida por ello. 

Estantería con recursos para los TVI

Más allá del aula 

Mi enfoque de la enseñanza va más allá del aula. Se trata de fomentar el crecimiento en todos los ámbitos de la vida de su hijo. El plan de estudios básico ampliado proporciona una base sólida, pero creo en el poder del desarrollo holístico. Trabajamos juntos para garantizar que la educación de su hijo se integre perfectamente en sus actividades, aficiones e interacciones cotidianas. 

Mi objetivo es dotar a cada niño de las habilidades y los conocimientos que necesita para llevar una vida plena, y ese recorrido lo emprendemos juntos. Su participación como padres es inestimable, y yo estoy aquí para apoyarlos y guiarlos en cada paso del camino. Somos un equipo dedicado al éxito de su hijo. 

Colaboración y comunidad 

En mis recorridos para llegar a cada niño, entiendo que es esencial crear una red de colaboración. Mediante el trabajo en equipo y las experiencias compartidas, podemos derribar barreras y crear un entorno propicio para el crecimiento de cada niño. Conectamos con otras personas que comparten nuestra misión, poniendo en común nuestra sabiduría colectiva, ofreciendo apoyo y forjando conexiones duraderas.  

Mi pasión va más allá de las aulas. Se trata de que usted sea el motor de la educación de su hijo. No es solo una parte del equipo, sino el miembro más importante. Juntos podemos lograr resultados extraordinarios para su hijo. Juntos podemos derribar barreras y superar limitaciones. 

Mi misión va más allá de la educación y se sumerge en el corazón de la persona. Estoy profundamente comprometida con la construcción de una comunidad entre las familias con las que trabajo. Nadie debería sentirse solo en este camino. Recuerdo muy bien el aislamiento y la incertidumbre, y es una experiencia que estoy decidida a evitarle a los demás. 

Construyamos juntos esta comunidad. Pongámonos en contacto con otras personas que nos entienden, que han recorrido este camino y que pueden ofrecernos orientación, apoyo y amistad. Creemos una red dinámica y solidaria en la que pueda ponerse en contacto con otras personas que comparten sus retos y triunfos. Podemos poner en común nuestra sabiduría colectiva, animarnos mutuamente y fomentar amistades duraderas. Mediante la unidad, podemos garantizar que ninguna familia se sienta nunca aislada o abrumada por una discapacidad visual. 

Conclusión 

En conclusión, quiero expresar mi más sincera gratitud por permitirme formar parte de la vida de su hijo, aunque sea indirectamente. Es un privilegio que aprecio a diario, y me comprometo a guiarlo y apoyarlo en cada paso del camino. Juntos iluminaremos el camino hacia el éxito de sus hijos y juntos celebraremos sus grandes y pequeñas victorias. 

Con una dedicación imperecedera y una esperanza sin límites, 

Julene Fitch 

Profesora de alumnos no videntes y con visión reducida 

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