Sus derechos y defensa
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Defienda a su hijo
La palabra «advocate» (defender) viene del latín y significa «voz». Ser el defensor de su hijo significa que usted es su voz porque no puede hablar por sí mismo. Todos los padres defienden a sus hijos, pero como los niños ciegos o con baja visión pueden tener necesidades especiales y requerir servicios especiales, es posible que sus padres tengan que abogar por ellos de formas adicionales.
Aunque leyes como la Ley de Educación para Personas con Discapacidades (IDEA) velan por la educación de su hijo en este país, la realidad es que puede haber ocasiones en las que usted crea que su hijo se beneficiaría de un servicio específico, una consulta profesional, un equipo o un tipo de instrucción que no se le está ofreciendo. En esos casos, es posible que tenga que abogar ante el personal escolar o médico para asegurarse de que su hijo reciba lo que necesita. Esto puede tener lugar en una reunión del equipo del Plan Individualizado de Servicios Familiares (IFSP) de su hijo (o más adelante con el equipo del Programa de Educación Individualizado (IEP)) o directamente con un administrador del programa educativo de su hijo u otro profesional. Su conocimiento especial de su hijo y la importancia de la defensa (y su derecho a defender) están reconocidos en la legislación de IDEA, que le identifica como parte fundamental del equipo educativo de su hijo.
Consejos para una defensa eficaz
Independientemente de la situación, las siguientes sugerencias pueden ayudarle a conseguir lo que desea para su hijo a la hora de explicarle sus necesidades:
- Conozca a su hijo. Todos los niños tienen puntos fuertes y necesidades. Como padre, usted conoce las capacidades y los desafíos de su hijo más íntimamente que los demás. Siéntase cómodo declarando lo que sabe que es cierto sobre su hijo. Cuando trate con profesionales de los que desea obtener servicios, esté preparado para respaldar sus opiniones con informes o información médica, fotografías o vídeos.
- Haga los deberes. Conozca los derechos de su hijo ante la ley. Infórmese también sobre los servicios, equipos o instrucción que desea que reciba su hijo para poder explicarle en qué le beneficiarán. Puede recabar información hablando con otras personas, leyendo libros y artículos y visitando páginas web. Haga copias de la información relevante para que otros puedan consultarla. Intente formular razones claras para sus solicitudes.
- Asista a reuniones. Cuando su hijo es pequeño, las reuniones del IFSP contarán con su participación porque los equipos de intervención temprana se centran especialmente en trabajar con las familias. Una vez que su hijo esté en preescolar, su equipo educativo puede reunirse sin usted si no asiste. No obstante, se le notificará cuándo se va a celebrar una reunión. Intente asistir a estas reuniones. Si la hora es inoportuna, es importante avisar al equipo y programar reuniones en las que pueda estar presente. Entonces habrá que reprogramar la reunión y habrá dejado claro que es un padre preocupado.
Encontrar apoyo
- Construya relaciones. Como defensor de su hijo, es importante que establezca relaciones con otras personas involucradas en su vida: educadores, médicos, enfermeras, terapeutas ocupacionales o cualquier otra persona que le preste servicios a él y a su familia. Estarán más dispuestos a escuchar su punto de vista si ya le conocen y le respetan.
- Reconozca el punto de vista de los demás. A veces, usted y otras personas relacionadas con su hijo tendrán que «acordar no estar de acuerdo». Pero es importante que se escuchen mutuamente. Intente escuchar educadamente las opiniones de los demás y pídales que, a su vez, escuchen las suyas.
- Sea persistente. Si no está de acuerdo con una decisión que afecta a su hijo, manténgase firme en lo que pide y reafirme su postura. Sea educado pero persistente. No tiene por qué sentirse presionado para tomar decisiones. Está bien decir a la gente que necesita tiempo para pensar en algo antes de aceptar una medida o firmar un documento que afectará a la educación de su hijo.
Ser un defensor eficaz no requiere conocimientos especializados ni capacidades extraordinarias. Tampoco tiene por qué implicar intentos de influir en programas y políticas, aunque muchos padres participan en este nivel de defensa. Significa simplemente defender, de forma centrada e informada, que algo es importante y debe hacerse por su hijo.