Ayude a los demás a entender sus problemas de visión
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Mi familia quiere ayudarme, ¡pero hacen demasiado!
A la hora de decidir qué tipo de ayuda y apoyo necesita, es útil comenzar por identificar las dificultades que enfrenta en su día a día Anote qué problemas están, y no están, relacionados con sus cambios de visión:
- ¿Qué tareas puede seguir realizando de forma autónoma?
- ¿Qué tareas puede realizar de forma autónoma pero con dificultad?
- ¿Qué tareas requieren ayuda?
- ¿Qué tareas ya no puede realizar?
Asegúrese de incluir a sus familiares y amigos, y pregúnteles si tienen otras preocupaciones u observaciones.
Al hablar sobre cómo afrontar los cambios en la visión, es importante que hable de sus miedos y sentimientos, y que ayude a sus familiares y amigos a adaptarse a su ceguera o visión reducida manteniendo su independencia.
Si los cambios en su visión son recientes, es posible que sus familiares y amigos sientan miedo cuando intente realizar tareas cotidianas de forma independiente, como subir escaleras, preparar comidas o usar electrodomésticos y equipos domésticos. Pueden ser sobreprotectores o estar en “modo rescate”, independientemente de las habilidades que pueda realizar de forma segura e independiente.
Anime a su familia a comentar sus preocupaciones con usted, y pídales que escuchen sus sentimientos y opiniones sobre el apoyo que podría necesitar en un futuro próximo.
Cómo ayudar a su familia y amigos a adaptarse a los cambios en su visión
Aquí le ofrecemos algunas sugerencias para ayudarlo a iniciar un debate con sus familiares y amigos:
- Comparta con su familia y amigos cómo se siente actualmente debido a su ceguera o visión reducida. Sería comprensible que sintiera tristeza, rabia, vulnerabilidad o incertidumbre en las primeras fases de los cambios de su visión.
- Hable con alguien de confianza que lo conozca y se preocupe por usted. Es importante compartir sus sentimientos y que los demás compartan los suyos. Así podrá abordar las preocupaciones de ambas partes de forma más directa.
- Por ejemplo, hablar de las actividades cotidianas que cree que puede llevar a cabo por su cuenta o con una ayuda mínima, y qué actividades requerirán algún tipo de ayuda podría ser de útil tanto para usted como para su familia.
Al principio, puede que tenga que seguir recordándole a sus familiares y amigos sus capacidades y toda una vida de experiencia. Recuerde, “dejar ir” sin sentirse heridos o rechazados también que puede ser difícil para ellos. Si expresa sus preocupaciones, que son totalmente comprensibles, juntos podrán encontrar maneras de resolverlas.
También ayuda que se tome su tiempo para explicar por qué algunos días ve mejor que otros; por ejemplo, quizás los días nublados vea mejor porque el resplandor del sol puede “cegarlo” temporalmente y afectar a su capacidad de funcionamiento.
Si padece degeneración macular asociada a la edad (DMAE, por su sigla en inglés), es útil explicar que, aunque no pueda ver las caras debido a problemas en la visión central (o de frente), aún puede caminar al aire libre con seguridad porque su visión periférica (o lateral) sigue intacta y es útil.
Formas de solicitar ayuda y servicios
- Compartir sus sentimientos con un familiar o amigo cercano, consejero profesional, médico de familia, o un líder religioso o espiritual puede resultar útil.
- Acuda a un grupo de apoyo a personas no videntes o con visión reducida. Los grupos de apoyo ofrecen la oportunidad de hablar con otras personas; compartir preocupaciones, frustraciones e historias comunes; y encontrar soluciones a sus dificultades relacionadas con la visión.
- Hable con un profesional de una agencia local de rehabilitación visual. Obtenga más información sobre la amplia gama de profesionales y servicios de rehabilitación visual que se encuentran disponibles para brindarle ayuda.
- Utilice el Directorio de Servicios para localizar organizaciones nacionales de y para personas no videntes o con visión reducida.