Leer en voz alta para ayudar a su hijo/a no vidente o con visión reducida a desarrollar la empatía
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Parece que la empatía, la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás, es algo que nos vendría bien a todos hoy en día. ¿No sería un lugar mucho más sano si pudiéramos reconocer, preocuparnos y manifestar interés por los sentimientos y experiencias de los demás, independientemente de nuestras diferencias? Todas las relaciones (entre familiares, vecinos, amigos, compañeros, compañeros de trabajo e incluso desconocidos) mejorarían.
Aunque no podemos controlar cómo se tratan los extraños, sí influimos en nuestras familias: sembremos las semillas que alimentan la empatía.
Desarrollo de la empatía
Los pequeños plenamente videntes se fijan en las expresiones faciales; empiezan a darse cuenta de que otras personas muestran emociones. Los bebés de nueve meses se fijan en los demás para saber cómo deben responder a las situaciones.
Podemos ayudar a los niños pequeños no videntes o con visión reducida a aprender estas habilidades enseñándoles explícitamente las emociones y preocupaciones de los demás.
Lectura en voz alta
A nadie se le transmiten las emociones de los demás, independientemente de que el niño sea completamente vidente o tenga una discapacidad visual. Por eso, todos los niños se benefician no solo de identificar emociones en sí mismos, sino también de oír hablar de emociones y pensamientos en los demás. Como padres, podemos hablar muchas veces sobre cómo nos hacen sentir las experiencias y los comentarios.
Otra herramienta para ayudar a nuestros hijos a comprender el funcionamiento interno de la mente de los demás es la lectura.
Aunque son muchos los beneficios de reunir a sus hijos y explorar nuevos mundos a través de los libros, aquí nos centraremos en el beneficio de ayudar a nuestros hijos a desarrollar la empatía.
Piense en cómo las narraciones nos permiten conocer la vida mental de los personajes.
En el libro “El viento en los sauces”, tres animales diferentes emprenden un viaje en caravana, como una autocaravana tirada por un caballo. Un amigo, “Sapo”, presumía constantemente de su bella casa y sus posesiones. Esto incomodaba a sus amigos. Además, dormía hasta bien entrada la mañana en las literas de la caravana mientras sus amigos, “Topo” y “Rata”, estaban muy ocupados limpiando los platos de la noche anterior, preparando la caravana para el viaje del día y preparando el desayuno. No les gustaba que “Sapo” no hiciera su parte de las tareas domésticas y lo enfrentaron.
Sí, podemos decir a nuestros hijos que no alardeen y que ayuden en las tareas domésticas, pero ¿cuánto más significativas son las lecciones que se aprenden al sumergirse en la vida del personaje y sentir lo que es oír repetidos alardes y tener que cumplir con una mayor parte de la responsabilidad?
Otro libro para leer es “Los cien vestidos”; se trata de una niña de la que se burlaban por llevar todos los días el mismo vestido. Imagínese lo que se puede analizar y debatir.
Cómo enseñar empatía en cualquier libro
No piense que el libro debe tratar explícitamente de cómo las acciones hacen sentir a las personas. Considere los siguientes beneficios relacionados con la empatía que se obtienen al leer una amplia variedad de historias:
- El simple hecho de escuchar el diálogo interior demuestra que los demás sí tienen una vida interior sólida.
- Escuchar cómo interpretan los demás las experiencias dolorosas o aterradoras nos ayuda a reconocer nuestros pensamientos sobre acontecimientos similares.
- Al leer sobre muchos personajes, nos damos cuenta de que la gente no siempre piensa como nosotros.
- Somos conscientes de que los demás tienen experiencias diferentes a las nuestras.
- Leer biografías de hombres, mujeres y niños que cambiaron valientemente el curso de la historia nos permite comprender mejor por qué tomaron audazmente las decisiones que tomaron.
Así que, reserve un momento en sus rutinas diarias para acurrucarse y leer juntos. Embárquense en aventuras literarias y explorarán el mundo de la empatía.