Tareas para su hijo/a no vidente o con visión reducida: ¿sí o no?
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Tarde o temprano, la mayoría de los padres se plantean preguntas como estas.
- ¿Está mi hijo preparado para realizar tareas domésticas con regularidad?
- ¿Es necesario pagarle a mi hijo/a por hacer tareas domésticas?
- ¿Debo hacer que mi hijo/a ahorre el dinero de su cumpleaños o de sus tareas?
- ¿Y hacer la cama todas las mañanas? ¿O prepararse el almuerzo para llevar al colegio? ¿Son tareas especiales? ¿O simplemente forma parte de la vida cotidiana?
No importa cómo lo piense, si quiere que un niño de 8 años limpie su habitación, saque la basura todas las noches y ahorre la mitad del dinero de su cumpleaños para algo grande, debería esperar lo mismo de un niño no vidente o con visión reducida. Tener expectativas más bajas para un niño no vidente o con visión reducida en comparación con sus hermanos o amigos videntes envía un mensaje equivocado. Sugiere que no pueden hacer lo que otros sí, lo cual no es cierto.
Consejos para asignar tareas a su hijo/a
Es posible que necesite más tiempo con su hijo/a no vidente o con visión reducida que con sus hermanos para enseñarle los pasos. Al principio, puede que tengan que trabajar en equipo y dejar que su hijo/a haga algunos de los pasos mientras usted hace los demás. Esto se denomina participación parcial.
Al ayudar a su hijo/a a aprender los pasos de una tarea, considere la posibilidad de trabajar hacia atrás a partir de los pasos que ya conoce, normalmente el último o los dos últimos pasos de la secuencia. De este modo, tendrá la sensación de éxito al completar el último paso o los dos últimos sin dificultad. Una vez que su hijo/a consiga realizar el último paso, añada el penúltimo hasta que pueda realizar todos los pasos por sí solo. Por ejemplo, si la tarea consiste en vaciar el lavavajillas, puede hacer que su hijo/a lo abra y usted saque todos los objetos de cristal y los guarde, dejándole los objetos de plástico y los cubiertos. Guíe a su hijo/a para que guarde los objetos de plástico, pero deje que sea él/ella quien se encargue de los cubiertos. Cuando termine, el lavavajillas estará vacío y podrá sentirse competente al cerrar la puerta.
Aproveche lo que su hijo/a es capaz de hacer
Una vez que su hijo/a sepa dónde van todos los cubiertos y pueda guardarlos sin su ayuda, haga que se responsabilice de los platos y bowls de plástico, añada los vasos y otros platos de plástico; luego, los platos de cristal y, así, sucesivamente.
Piense en cómo puede hacer que los objetos que utiliza su hijo/a para hacer las tareas sean más fáciles de ver y localizar. Por ejemplo, si una de las tareas es dar de comer a los perros cada noche, compre bowls para perros de colores que contrasten con el suelo. Coloque la cuchara para la comida del perro en un lugar de fácil acceso para que su hijo/a no tenga que buscarla en la papelera o en la bolsa de la comida del perro. Unos sencillos cambios que aumenten el contraste, utilicen el color, minimicen las distracciones visuales o proporcionen iluminación adicional ayudarán a su hijo/a a ser más eficiente a la hora de hacer las tareas. A medida que su hijo/a crezca y se haga cargo de otras tareas, anímelo/a a pensar en cada una de ellas para saber qué pasos podrían ayudarlo/a a realizarla de la forma más eficaz.
Desarrollo de la independencia a través de las tareas domésticas
Si su hijo/a utiliza principalmente el tacto, piense en tareas que pueda hacer bien con este sentido. Asegúrese de que los objetos que necesita sean fáciles de identificar con el tacto o tengan etiquetas táctiles. Por ejemplo, si limpia el cuarto de baño, guarde todos los productos de limpieza en un mismo sitio. Enséñele a su hijo/a para qué sirve cada producto. Puede que tenga que añadir etiquetas para ayudarlo/a a distinguir los productos. También puede ser útil una “tabla de tareas”. Puede hacer una lista de las tareas que tiene que hacer. Utilice un sistema para marcar las tareas terminadas. Puede utilizar pegatinas en relieve si su hijo/a lee braille.
Hágale a su hijo/a comentarios realistas sobre cómo hace la tarea. Diga lo que se ha hecho bien y elogie, pero explique también lo que se puede hacer de otra manera la próxima vez para que el trabajo se haga mejor. No se desanime si tarda en hacer una tarea como usted espera.