Una autobiografía: Cómo ayudar a su hijo a escribir y compartir su historia

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Todos tenemos una historia que contar. Su herencia y su cultura, su familia y sus amigos, su entorno familiar, escolar y laboral, sus intereses, sus hábitos y sus elecciones, y sus experiencias conforman su carácter, es decir, el carácter de su historia. Lo mismo ocurre con su hijo ciego o con baja visión. 

Crear la historia 

¿No sería útil si su hijo considerara y revisara su historia hasta ahora?  

Podría hablarle de su nacimiento, de su primeros años de vida y de lo que reconoce, quiere y aprecia de él.  

Recuerde a su hijo los momentos en que se esforzó por superar obstáculos. Recuerde a su hijo cuando era juguetón, aventurero, valiente, confiable y amable. Identifiquen, juntos, varias experiencias que les han marcado, así como lo que les hace únicos, incluida su ceguera o baja visión.  

Pero no se detenga ahí. Ofrezca oportunidades para hacer preguntas. Dé a su hijo la oportunidad de compartir con usted sus experiencias e intereses.  

[También es una oportunidad perfecta para hacer saber a su hijo que seguirá siendo valiente, divertido, fiable, aventurero y amable. Los niños necesitan oír que creemos en ellos, y prosperan con nuestro amor y nuestras altas expectativas]. 

A continuación, resuman la historia y escríbanla juntos. Su hijo podría narrar mientras usted escribe o imprime; su hijo podría escribirlo; o grabarlo oralmente; o en braille; o imprimirlo.  

Considere la posibilidad de crear un libro accesible y añadir recuerdos táctiles y fotografías. 

Esto es lo que se podría ganar: 

  • Podrían oír o aprender las nociones básicas de su ceguera o baja visión. 
  • Su hijo podría comprender que su ceguera o baja visión no es más que un aspecto de él. No los define. 
  • Su hijo podría entender que su historia es única para él. Podría compartir partes de su historia y ellos podrían empezar a entender que los demás tienen sus propias historias. 
  • Podrían ser más conscientes de sí mismos, y tener más conciencia de su personalidad, sus rasgos de carácter positivos, su cultura familiar, sus puntos fuertes, sus experiencias y sus intereses. 
  • Su hijo podría reconocer que las decisiones que toma le condicionan. 

Compartir la historia 

Considere la posibilidad de preguntar al profesor de su hijo si puede compartir su historia con los compañeros de clase. Tal vez, también, su hijo pueda compartirlo con los del vecindario, el lugar de culto o las actividades extraescolares. 

Si los compañeros de su hijo son capaces de escuchar su historia, puede que se den cuenta de que son más parecidos a ellos que diferentes. También oirán hablar un poco de su ceguera o baja visión; tal vez sea algo sobre lo que se han estado preguntando en silencio. 

Así que tómese su tiempo, quizás con cada uno de sus hijos, y ayúdeles a reconocer y a apropiarse de sus historias. 

Quizá sus hijos también conservarán sus nuevos libros toda la vida.