Conozca a Michael Finn
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dueño de Finn Fitness & Wellness
Nota del editor: APH CareerConnect se comunicó con Michael Finn, dueño de Finn Fitness & Wellness, una empresa de asesoramiento holístico sobre ejercicio y estilo de vida, para preguntarle sobre su carrera y lo que lo motivó a entrar en la industria. El Sr. Finn nos inspira con su búsqueda de la mejora de la salud, y da consejos a personas no videntes o con visión reducida que buscan perseguir una carrera profesional.
APH CareerConnect: ¿Puede hablarnos un poco de usted?
Michael Finn: Tengo cincuenta y dos años y viví en muchas partes del estado de California.
Soy atleta. Siempre quise ser atleta, desde que era pequeño. Viajé por todo el mundo para participar de actividades y competencias en diversos deportes. Eso me llevó a elegir mi carrera de instructor: entrenar a otras personas para que estén sanas y en forma, a fin de que no tengan dolores, para que compitan en su deporte o simplemente para que vivan una vida que les guste.
Mis éxitos en deportes como el atletismo, el béisbol, el kayak, el snowboard, entre otros, me dieron confianza y me demostraron que con trabajo duro y práctica podía tener la carrera que quería y vivir la vida de mis sueños.
También soy padre y esposo, llevo casado dieciocho años y tengo un hijo de once años y medio, que cursa sexto grado. Nos esforzamos por aprender, crecer y hacer muchas cosas divertidas juntos.
APH CareerConnect: ¿Puede contarnos sobre su trabajo actual y lo que este implica?
Michael Finn: Me considero instructor holístico de ejercicio y estilo de vida. Enseño a las personas a llevar un estilo de vida que los motive a seguir el camino que les guste. Esto incluye la nutrición, las actividades, el ejercicio, la educación, el cambio de carrera. Analizaremos cada aspecto de la vida de alguien según sea necesario, dependiendo de lo que realmente quiera lograr con su vida. Además de la nutrición y el estado físico, hay una buena dosis de asesoramiento personal. También incluyo masajes y otras prácticas holísticas para ayudar a mis clientes a alcanzar sus objetivos.
Algunas personas buscan mi asesoramiento para perder peso y, en nuestra conversación, descubrimos que la razón por la que tienen un problema de peso es porque son no son felices. No les gusta su trabajo ni dónde viven y se medican con comida. Ideamos un plan. Les pregunto qué trabajo les gustaría tener. Analizamos lo que hay que hacer. También hablamos de nutrición: cuando uno es feliz, es fácil seguir los patrones de alimentación saludable a fin de tener la energía necesaria para hacer las cosas que uno quiere hacer. Por el contrario, cuando hacemos cosas por obligación y no por placer, es lógico que nos comamos una pizza entera acompañada con helado, todo para automedicarnos porque no estamos contentos con la vida que llevamos.
Nos reunimos con bastante frecuencia (una vez al mes o varias veces a la semana, en línea, por teléfono o en persona) y elaboramos planes y estrategias para cambiar el estilo de vida y convertirlo en lo que les gusta. Puede que les enseñe a estirarse y a hacer ejercicio mientras hablamos de cómo elegir mejor los alimentos o de cómo hacer frente al estrés al que se someten en el trabajo. Puede que les de un poco de asesoramiento personal mientras masajeo un hombro rígido o una cadera tensa.
La clave está en entrenar a cada persona, enseñarle lo que necesita saber para alcanzar sus objetivos, animarla y motivarla para que haga los cambios necesarios en su vida a fin de conseguirlos.
Muchas veces la gente intenta meterse en la boca más de lo que puede masticar y terminan luchando y abandonando. Piensan que no pueden hacerlo o que no tienen la capacidad para hacerlo, pero eso no es cierto. Solo les faltan los conocimientos y la experiencia necesarios para alcanzar sus objetivos.
Por eso todos necesitamos un instructor, alguien con más conocimientos y experiencia que nosotros. El instructor puede guiar a la persona a través del proceso de aprendizaje, ofreciéndole recursos, información y pautas para aprender y poner en práctica las estrategias.
Una de mis citas favoritas es “Solo sabemos lo que sabemos”. Un instructor ofrece los conocimientos y las herramientas necesarias para alcanzar el éxito. Sabe cómo equilibrar todos los factores del estilo de vida de una persona. Puede comunicar y explicar con qué rapidez esperar resultados, fomentar la responsabilidad y animar a todo el mundo a encontrar un estilo de vida equilibrado que puedan sostener en el tiempo.
Esa es la clave. Para ver los resultados, hay que seguir el estilo de vida durante días, semanas, meses y luego años a fin de que el cuerpo y la vida en sí tomen la forma que tanto deseamos.
Es muy difícil explicar exactamente lo que hago porque lo hago todo de forma muy distinta con cada persona. Depende mucho de su experiencia de vida, de sus conocimientos actuales y, sobre todo, de lo que quiera conseguir.
APH CareerConnect: ¿Qué lo llevó a trabajar en la industria?
Michael Finn: Cuando estaba en la escuela secundaria tenía sobrepeso y me sentía fatal. Pasé de ser un adolescente de catorce años con mucho sobrepeso (pesaba 100 kg [220 lb]) a un atleta de pista de 1,80 m (6 ft) y 77 kg (170 lb). Después de eso, mucha gente me preguntaba cómo ponerse más fuerte, en forma o cómo desarrollar músculos. La gente me pedía ayuda cada vez más. Para ese entonces yo tenía 30 años y decidí convertirme en instructor personal.
Con los años amplié mi base de conocimientos y adquirí muchas certificaciones diferentes para ayudar a los demás a alcanzar sus objetivos y cumplir sus sueños.
De toda mi formación, entrenamiento y experiencia aprendí que se trata de un estilo de vida. Somos el estilo de vida que llevamos.
Quería ayudar a las personas a descubrir cuáles son realmente sus objetivos y sus sueños, y guiarlas en el proceso para conseguirlos.
Vivo el estilo de vida que me gusta a mí y enseño a otras personas a vivir el suyo, a seguir el estilo de vida que les gusta y que pueden sostener en el tiempo. No es fácil ni rápido. Cuesta trabajo y siempre hay alguna piedra en el camino, pero al final todos aprecian lo que consiguieron. Tienen una mente, un cuerpo y un espíritu saludables para lograr lo que se propongan.
APH CareerConnect: ¿Cómo adquirió las competencias laborales?
Michael Finn: Cuando tenía 14 años y no estaba en forma, empecé a leer libros y a buscar toda la información posible. Cuando me encontraba con alguien que parecía saber más que yo y estar en mejor estado que yo, intentaba aprender de esa persona.
Cuando entré en la universidad, por desgracia, el orientador me dijo que no podía dedicarme a la salud y el fitness porque era no vidente. Me sugirieron que tomara clases de negocios. Así que, mientras estaba en la universidad, tomé clases de negocios, pero en realidad me aburría y soñaba con ser instructor. Después competí en deportes internacionales y en los Juegos Paralímpicos. Aprendí de los instructores del Centro de Entrenamiento Olímpico de Estados Unidos.
Necesitaba trabajar y ganar dinero, así que tomaba cualquier trabajo que encontraba. Era feliz trabajando para otros porque podía aprender de ellos, pero me di cuenta de que quería tener mi propia empresa.
Probé suerte en la industria del café y me fue bien, pero al cabo de ocho años ya no podía soportar lo infeliz que era.
Obtuve las certificaciones necesarias y, luego, trabajé en un gimnasio corporativo como entrenador personal. Allí también aprendí cómo manejaban las ventas y el marketing. Me dije a mí mismo que iba a sumergirme de lleno en esto durante dos años para aprender las piezas del rompecabezas y darles la forma que yo quería para mi propio negocio en el futuro.
Mientras trabajaba allí, me di cuenta de que no tenía la formación suficiente. Descubrí el CHEK Institute en la región de San Diego, que se convirtió en una de mis principales fuentes de formación en áreas como el desarrollo personal, la nutrición, la fisioterapia y rehabilitación, el entrenamiento de fuerza y acondicionamiento físico, y la masoterapia. La cantidad de material disponible es infinita, que es otra de las cosas que me gustan. No me aburro nunca; siempre hay algo más que aprender.
Creo muchísimo en la importancia de seguir formándome. Durante un año aprendí sobre medicina funcional; cursé un programa de nutrición de diagnóstico funcional en Reed Davis, en el sur de California. Aprendí a dar masajes, taichí, y recibí muchas certificaciones, tantas que ni siquiera puedo recordarlas todas.
Me gusta encontrar a los mejores profesionales de un campo determinado y aprender de ellos.
Dediqué mucho tiempo a formarme, aunque solo sea observando a los demás a lo largo de la vida. Soy un maestro y un estudiante de la vida y de hacerla avanzar.
APH CareerConnect: ¿Qué adaptaciones laborales y tecnologías de asistencia usa?
Michael Finn: Tengo 52 años, y todo fue cambiando con los años.
Perdí la vista cuando tenía dos años; tenía el nervio óptico dañado, por desgracia, porque el médico me dio la medicación equivocada para lo que en realidad era una carencia de vitamina B. Pero no importa, porque perder la visión me convirtió en lo que soy ahora.
Aprendí braille de niño. En tercer grado, los circuitos cerrados de televisión eran lo último y lo mejor. Desde entonces tuve un circuito cerrado de televisión. El que tengo ahora, que compré hace una década, era increíble porque era el primero que venía a color. Cada vez lo uso menos porque casi todo está disponible en la computadora.
Uso programas de ampliación y de voz en la computadora. También tengo unas gafas especiales con un aumento muy potente para leer la letra impresa cuando lo necesito.
Tuve que adaptar muchas cosas. Hay muchos tipos de calibres y herramientas de medición para medir la amplitud de movimiento de las articulaciones; aprendí a adaptarlos o a encontrar herramientas con números impresos grandes.
Cuando era empleado, trabajaba con los clientes en distintos lugares para conseguir una buena iluminación. Cuando construí mi estudio, compré pintura de un color especial que me resulta agradable a la vista, al igual que el color de los pisos y las colchonetas. Me permite trabajar durante todo el día sin que se me canse la vista.
Considero que todo en mi vida es tecnología de asistencia. Elijo todo lo que funciona mejor para mí.
APH CareerConnect: ¿Qué valores laborales y personales le permiten sostener una empresa de fitness y bienestar?
Michael Finn: Como todo lo demás, esto cambió a lo largo de mi vida. Al principio, era porque yo también era atleta. Sentía que tenía que esforzarme mucho para saber qué me funcionaba y qué no. Quería que los demás no tuvieran que hacer conjeturas, que es la razón por la que me metí en esto.
Ahora eso se transformó en una visión más amplia de la salud y el estado físico, que consiste en disfrutar de la vida para poder hacer las cosas con las que uno sueña y que quiere conseguir o experimentar.
Me permite vivir la experiencia de ser atleta e instructor de otros para ayudarlos a alcanzar sus sueños. También soy un miembro solidario en mi propia familia y contribuyo a que el mundo avance hacia la felicidad y la salud física, emocional y espiritual. Puedo trabajar para conseguirlo día a día.
APH CareerConnect: ¿Qué consejo les daría a otras personas no videntes o con visión reducida que buscan empleo?
Michael Finn: La clave número uno: ¡no rendirse nunca! En realidad, todo el mundo tiene un desafío, aunque para algunos es obvio, como nuestra deficiencia visual. La clave es que eso nos lleva a hacer las cosas de forma diferente al 99 % de la población. Eso no significa que uno no pueda hacer lo que quiera, ni que no pueda alcanzar sus sueños. Quizás usted lo haga de otra manera, pero eso es lo mejor.
Será un desafío llegar a vivir su sueño. Siga trabajando duro y avanzando. Pruebe diferentes cosas para ver qué funciona y qué no. Identifique cuándo necesita asistencia, como tecnología de asistencia o contratar a alguien que lo ayude con situaciones en particular, o recibir formación en un campo específico.
A algunas personas les dijeron toda la vida que no pueden hacer algo y se dejan vencer. Es una elección. Hay que tomar las decisiones que nos lleven por el camino que queremos seguir.
En segundo lugar, es necesario concentrarse en el objetivo, disfrutar del viaje y del proceso de llegar hasta allí. No llegué a donde estoy hoy de la noche a la mañana. Todo empezó cuando tenía catorce años.
Hubo muchos desvíos y todo tipo de situaciones que me prepararon para lanzarme de lleno en lo que hago hoy en día.
A lo largo del recorrido se dará cuenta de que hay ciertas cosas que no le gustan y que no quiere hacer; eso está muy bien. Trabaje para evitar esas cosas o busque a alguien que lo ayude. La clave es vivir la experiencia y seguir adelante.
Seguir estableciendo objetivos y trabajando duro para alcanzarlos. Rendirse no es una opción.