Cuando llevaba 8 semanas de embarazo, me detectaron mediante una ecografía una anomalía y oímos por primera vez el diagnóstico de “higroma quístico”. Pasamos las siguientes 12 semanas preguntando por todo… y, luego, los higromas se resolvieron de forma espontánea. Bajamos la guardia, celebramos esta victoria y, entonces, el bebé dejó de crecer a las 32 semanas. […]