Perros guía en el lugar de trabajo: Consejos prácticos para los usuarios
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Ya sea que hayas comenzado un nuevo trabajo recientemente o hayas estado trabajando en la misma empresa durante años, cada día trae nuevas aventuras cuando eres un usuario de perro guía en el lugar de trabajo. Para muchos empleadores y empleados, los animales de servicio a menudo son una novedad en el entorno laboral. A menudo he sido la única persona con un perro guía en un entorno laboral, y ha sido la primera interacción de la mayoría de mis colegas con un perro guía en un entorno profesional. Esta guía proporciona consejos prácticos, anécdotas personales y puntos clave para desenvolverse en el trabajo con un animal de servicio, ya sea que trabajes en el sitio, de manera remota o en un entorno híbrido.
¿Has encontrado barreras o tienes preguntas sobre las mejores prácticas para desenvolverte en el panorama profesional como persona ciega o con baja visión que elige usar un perro guía? Aquí tienes algunos consejos clave:
- Cuando empieces a trabajar, tendrás que notificar a tu empleador que utilizas un perro guía como ayuda para la movilidad. Tu empleador trabajará contigo para formalizar una adaptación.
- Nota: El proceso de adaptación de cada empresario puede diferir ligeramente; sin embargo, según el Título I de la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA, por sus siglas en inglés), tener un animal de servicio en el lugar de trabajo se considera una adaptación razonable.
Puede que tengas que aportar documentación que demuestre que tienes una discapacidad según la ADA y que el animal es necesario para tus funciones relacionadas con el trabajo.
Trabajar de manera presencial
Si trabajas en un entorno presencial, considera las formas de fomentar un buen ambiente de equipo.
Algunos ejemplos podrían ser:
- Aprende tus rutas diarias si tienes que ir y volver andando de varias oficinas o edificios. Si es necesario, utiliza los servicios de un especialista en orientación y movilidad (OyM).
- Bloquea tiempo en tu calendario para sacar a tu perro guía a hacer sus necesidades biológicas, darle de comer, agua y permitirle descansar.
- Confirma que haya lugares cerca de tu edificio de oficinas donde puedas sacar a tu perro guía a hacer sus necesidades. Además, puede que tengas que solicitar que se coloque una papelera cerca para que haga sus necesidades. Puedes trabajar con tu empleador para estudiar cómo podría ser esto.
- Ten un «lugar» para tu perro en tu despacho o lugar de trabajo: una cama o una jaula.
- Lleva los bebederos, juguetes, bolsas para excrementos y otros accesorios que puedas necesitar para tu perro durante la jornada laboral.
Navegar por las conversaciones en el trabajo
Como usuario de un perro guía es posible que enfrentes conversaciones complejas con colegas que quizás no sepan cómo interactuar con tu perro. Algunos enfoques que podrías considerar son:
- Comenta con tus colegas que deben hablar directamente contigo, no con tu animal.
- Si algún colega tiene una preocupación, miedo o alergia a los perros, involucra a tu empleador desde el principio para explorar soluciones.
- Aclara cómo prefieres que los demás interactúen (o no interactúen) con tu perro:
- Cuando tu perro tenga el arnés puesto (o sea, que esté trabajando), tus colegas no deben interactuar con él.
- Cuando tu perro guía no tenga el arnés puestos, pueden acariciarlo si tú lo permites.
- Informa a tus colegas sobre los conceptos erróneos más comunes sobre los perros guía:
- No son perfectos ni automáticos: pueden (y cometen) errores.
- Tu perro guía no es un GPS. No entenderá automáticamente rutas ni direcciones. Asegúrate de que tus compañeros sepan que, como usuario, eres responsable de decidir adónde necesitas ir y de dar a tu perro las indicaciones necesarias. Puedes utilizar señales manuales, órdenes verbales o ambas para comunicarte. Es importante que los demás comprendan que el perro no «conoce» toda la ruta: la navegación es tu trabajo.
Adaptarse al trabajo a distancia o híbrido
A medida que se generaliza el trabajo a distancia o híbrido, es esencial planificar las necesidades de tu perro:
- Con el trabajo a distancia, es más fácil programar un calendario con citas a distancia que apenas tienen descansos entre ellas. Como resultado, es probable que necesites programar descansos para tu perro, igual que harías si estuvieras trabajando en persona.
- Durante las reuniones virtuales, tu perro guía debe comportarse y demostrar que puede mantenerse calmado, incluso si no está con el arnés, es decir, trabajando activamente. Los perros guía distraídos o que se comportan mal pueden fácilmente interrumpir una cita virtual y dar una idea equivocada a tus colegas sobre la etiqueta con los perros guía.
- Si te encuentras en un entorno de trabajo totalmente a distancia, es esencial que sigas trabajando en equipo fuera de casa. Esto podría incluir: viajes regulares a la tienda de comestibles o al centro comercial, aprender nuevas rutas en tu zona, y mucho más. Proporcionar a tu perro un equilibrio entre el entorno doméstico y el exterior permite una experiencia más rica y atractiva tanto para ti como para tu perro.
- Si trabajas en un puesto híbrido en el que pasas algunos días en la oficina y otros en casa, asegúrate de que tu oficina está dispuesta de forma que sea propicia para el trabajo presencial. Probablemente querrás tener una zona designada para tu perro en la oficina, como una caseta, cama, bebedero, etc.
- Es posible que descubras que el trabajo remoto o híbrido hace que tus colegas estén extraemocionados al tener la oportunidad de interactuar con tu perro guía. Como resultado, puede que necesites ser más consciente de educar a tus colegas sobre las normas con los perros de servicio. También podrías necesitar dar recordatorios más frecuentes a tus colegas, como: «Por favor, no lo acaricien». Puede ser más desafiante para las personas que no interactúan regularmente con perros de servicio recordar las «reglas».
Abogar por uno mismo y el apoyo comunitario
Trabajar con un perro guía en el lugar de trabajo no es solo una cuestión de logística práctica, sino que también implica estar preparado para defender tus necesidades y las de tu perro. No todo el mundo sabrá qué preguntas hacer o cuál es la mejor forma de ayudar, así que tener en mente un lenguaje claro puede marcar una gran diferencia. Considera la posibilidad de practicar cómo explicarás el papel de tu perro, tus interacciones preferidas y qué apoyo necesitas si surge algún problema.
También puede ser útil conectar con otros usuarios de perros guía. Muchas escuelas de perros guía y organizaciones para personas ciegas ofrecen grupos comunitarios, foros en línea u oportunidades de mentoría donde puedes compartir historias, recibir consejos y aprender nuevas estrategias. Podrías obtener recomendaciones sobre rutinas de viaje, cómo construir relaciones positivas con los compañeros de trabajo o cómo resolver desafíos inesperados en el lugar de trabajo.
Por último, recuerda que el autocuidado también es importante. Los equipos de perros guía prosperan en base a la confianza, la constancia y la rutina, y lo mismo ocurre con los usuarios. Tómate descansos cuando los necesites, recompensa a tu perro por su buen trabajo y celebra tanto los grandes como los pequeños logros. Cuanto más confiado te sientas al abogar por tus necesidades, más exitosos serán tú y tu perro guía, tanto en el trabajo como fuera de él.
Un día en la vida: La historia de Katie
Los perros guía trabajan en una gran variedad de entornos, como oficinas, calles concurridas de la ciudad y recintos universitarios. Katie es una labradora retriever negra con una personalidad enérgica. Le encanta encontrar escaleras, abrirse paso entre la multitud y caminar deprisa. La rutina diaria de Katie incluye reuniones, paseos y un viaje diario en autobús al recinto universitario.
El día de Katie empieza temprano con un rápido olfateo en el exterior antes de guiar a su usuario a la oficina. Encuentra la puerta del despacho de su usuario y se acomoda en su cama junto a la ventana para ver pasar el mundo.
Reuniones, llamadas telefónicas y llamadas de Zoom llenan la mañana. Katie sabe cuándo es la hora del descanso y espera ansiosa una golosina. Ella y su usuario salen para un rápido descanso y luego vuelven para comer. Katie siempre recibe una calurosa bienvenida, pero sigue concentrada en su trabajo.
Por la tarde, puede entusiasmarse con los nuevos visitantes, olvidando que está trabajando, pero los usuarios saben que a veces los perros también cometen errores. Al final del día, Katie encuentra el banco del autobús y se acurruca para volver a casa, dispuesta a repetirlo todo mañana.
Conclusión
Ser usuario de un perro guía en el lugar de trabajo requiere planificación, comunicación y trabajo en equipo: entre tú, tu perro, tu empleador y tus compañeros. Con preparación y comprensión mutua, tú y tu perro guía pueden prosperar en cualquier entorno laboral.
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