Abogar por los derechos propios como estudiante universitario

This content is also available in: English (Inglés)

Mientras su hijo se prepara para la universidad, es fundamental animarlo a abogar por sus propios derechos, sobre todo si es no vidente o tiene visión reducida. De hecho, dominar esta habilidad es vital para garantizar que reciba las adaptaciones necesarias para tener éxito tanto de forma académica como social.

Elegir la universidad adecuada

Empiece por explorar los servicios para personas con discapacidades que ofrezcan las universidades posibles. Su hijo tiene que hablar abiertamente de sus necesidades al personal de oficinas para calibrar hasta qué punto la escuela puede apoyar su integración académica y social. Este proceso incluye explicar las herramientas y tecnologías específicas que utiliza. Además, implica comprender los tipos de adaptaciones disponibles, como las adaptaciones para el alojamiento y el apoyo en el aula.

Cinco consideraciones a la hora de elegir una universidad para una persona con discapacidad visual:

Accesibilidad de las instalaciones del campus: Asegúrese de que el diseño del campus favorezca la movilidad y el acceso, con elementos como señalización en braille y caminos sin barreras.

Tecnología de asistencia: Compruebe si la universidad ofrece tecnología de asistencia que se ajuste a lo que su hijo ya utiliza y vea si hay mejoras o recursos adicionales disponibles.

Personal con experiencia: Busque universidades con personal de servicios para personas con discapacidades experimentado y familiarizado con las distintas necesidades, especialmente las de las personas no videntes o con visión reducida.

Comunidad y grupos de pares: Investigue si existen grupos o clubes comunitarios activos para estudiantes. Estos grupos pueden ser específicos para personas con discapacidades visuales o que sean de interés para su hijo.

Comentarios de los estudiantes actuales: Trate de aprender de las experiencias de estudiantes actuales respecto a las adaptaciones y la vida en el campus. Recuérdele a su hijo que su experiencia puede ser diferente, pero que escuchar a los demás también le será valioso para lo que pueda encontrar.

Comunicación con los profesores

Una vez inscrito, su hijo debería ponerse en contacto con sus profesores. Puede empezar con un correo electrónico donde se presente, explique su discapacidad y la tecnología de la que depende, y solicite una reunión para hablar de sus necesidades más a fondo. Estas interacciones les permiten a los profesores comprender la mejor manera de apoyar el aprendizaje de su hijo y garantizar que los materiales del curso sean accesibles.

Cinco consejos para comunicarse con los profesores de forma eficaz:

Sea claro y conciso: anime a su hijo a expresar claramente qué adaptaciones necesita y por qué.

Aporte soluciones: sugiera ajustes o herramientas específicas que lo ayudarán en su proceso de aprendizaje.

Programe visitas periódicas: establecer reuniones periódicas puede ayudar a mantener abiertas las líneas de comunicación a lo largo del semestre.

Explique los retos: ayude a los profesores a comprender los retos únicos a los que se enfrenta una persona no vidente o con visión reducida.

Exprese gratitud: recuérdele a su hijo que debe agradecerles a los profesores por su esfuerzo, lo que puede fomentar una relación positiva.

Manejar situaciones difíciles

A pesar de los preparativos, un estudiante universitario puede encontrar resistencia. Puede que algunos profesores se muestren reacios a realizar las adaptaciones acordadas o pongan en duda las capacidades de su hijo. En estos casos, es fundamental recordarle que se mantenga firme. Anímelo a recurrir a los servicios de atención para personas con discapacidades cuando sea necesario, para enfatizar que el cumplimiento de las adaptaciones no es opcional, sino un requisito legal.

Estrategias para manejar la resistencia:

Regístrelo todo: mantenga registros de todas las comunicaciones y solicitudes como prueba de los intentos de resolver los problemas.

Busque aliados: anime a su hijo a encontrar aliados entre el profesorado u otros estudiantes con discapacidades que comprendan sus necesidades.

Haga uso de los procesos formales: asegúrese de que sabe cómo utilizar los procedimientos formales de reclamos en caso de ser necesario.

Mantenga una actitud profesional: mantenga la calma y el profesionalismo incluso en situaciones frustrantes.

Pase a una instancia superior, de ser necesario: no dude en elevar el asunto a las autoridades superiores de la universidad si no se cumplen los requisitos legales.

Abogar por sus derechos más allá del aula

La defensa de sus derechos no termina con las adaptaciones. Si su hijo considera que los debates sobre diversidad en sus cursos pasan por alto a las personas con discapacidades, podría plantearse hablar del tema. Un enfoque podría ser la creación de una organización universitaria dedicada a la concientización sobre las discapacidades, que puede fomentar conversaciones integradoras y cambios políticos.

Encontrar apoyo

Anime a su hijo a relacionarse con compañeros y profesores que puedan ofrecerle apoyo y orientación. Participar en grupos universitarios, o incluso dirigirlos, puede mejorar su capacidad para abogar por sus derechos y garantizar que las discapacidades formen parte de un debate más amplio dentro de la diversidad y la inclusión.

Comentarios finales

Abogar por uno mismo como estudiante universitario con una discapacidad visual requiere de valentía, persistencia y resistencia. Dele a su hijo las herramientas y redes de apoyo adecuadas y recuérdele que su voz vale. A medida que se embarque en su viaje, anímelo a defender siempre sus derechos y a no dudar nunca en hablar en favor de sus necesidades educativas.