Esfuerzo ocular en niños ciegos o con baja visión

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¿Has observado que tu hijo ciego o con baja visión se presiona, se frota o se pincha los ojos con frecuencia? Es natural que te sientas preocupado o molesto cuando observas este comportamiento. Sin embargo, puedes estar seguro de que no eres el único que se pregunta por qué ocurre y cómo puedes apoyar el cambio de comportamiento.

Exploremos por qué es frecuente que los niños con deficiencias visuales se aprieten los ojos, los posibles efectos sobre sus ojos y algunas formas suaves de ayudar a tu hijo a cambiar este hábito.

¿Por qué se aprieta el ojo?

Los niños ciegos o con baja visión pueden presionarse los ojos porque su cerebro no recibe suficiente información visual. Según una investigación de Developmental Medicine & Child Neurology, la presión ocular es menos frecuente en los niños cuyos nervios ópticos no funcionan, lo que sugiere que presionar los ojos puede ser una forma que tienen los niños de intentar estimular las sensaciones visuales. Puede resultar satisfactorio o tranquilizador, casi como rascarse un picor.

Presionar los ojos también puede ser un acto reflejo, un hábito que se forma con el tiempo. Para algunos niños, presionarse o frotarse los ojos les proporciona una forma de estimulación o consuelo cuando la respuesta visual es limitada. Este comportamiento puede ayudarles a sentirse más arraigados o proporcionarles algunas sensaciones visuales, por lo que les resulta difícil dejar de hacerlo.

¿Es perjudicial apretar los ojos?

Aunque pueda parecer inofensivo, la presión ocular prolongada puede causar daños físicos a los ojos. Algunos efectos potenciales son

  • Desprendimiento de retina
  • Daños en la córnea, incluyendo rasguños o adelgazamiento
  • Mayor riesgo de infecciones
  • Retroceso de la cuenca ocular
  • Deterioro adicional de la visión existente

Con el tiempo, estos problemas pueden causar daños duraderos, por lo que es importante ayudar suavemente a tu hijo a reducir este comportamiento antes de que sea perjudicial.

¿Cómo puedes ayudar a tu hijo?

Ayudar a tu hijo a abandonar el hábito de apretar los ojos puede requerir tiempo y paciencia. Aquí tienes algunas estrategias que pueden ayudarte:

  • Ofrece alternativas: Cuando notes que tu hijo aprieta los ojos, guíalo suavemente hacia una actividad diferente y más segura. Puedes animarle a explorar un juguete sensorial, a apretar una pelota antiestrés o a utilizar un juguete que mantenga sus manos ocupadas.
  • Recordatorios suaves: Recuérdale con calma cuando se esté presionando los ojos y ofrécele una alternativa positiva. Es importante evitar que se sientan avergonzados, ya que esto podría llevarles a realizar la conducta más secretamente.
  • Estimula sus otros sentidos: A veces, los niños presionan los ojos para estimularse. Intenta estimular sus otros sentidos: ofrécele juguetes con texturas, sonidos u olores interesantes para distraerle de la necesidad de presionar los ojos.
  • Actividad física: Anima a tu hijo a realizar actividades que le pongan en movimiento, como jugar con una pelota, bailar o nadar. La actividad física puede proporcionar un estímulo sensorial y reducir la necesidad de comprimir los ojos.

Proporcionando alternativas y siendo coherentes con recordatorios suaves, muchos niños pueden reducir o incluso dejar de presionar los ojos con el tiempo.

APH OpticAware: Banda para llevar puesta

Busca la ayuda de una tecnología de apoyo, como la pulsera inteligente OpticAware de APH, que te ayude a seguir y comprender el patrón de presión ocular de tu hijo. El niño recibe una suave vibración (indetectable para los demás) cada vez que levanta la mano a la altura de los ojos, y la aplicación iOS complementaria registra los casos de presión ocular a lo largo del día. A través de este recordatorio invisible y de los datos recogidos por la aplicación, el niño y tú podéis comprender mejor los factores desencadenantes de la presión ocular y trabajar juntos para reducir y, con suerte, eliminar la conducta de presión ocular.

Investigación y recursos

Los estudios sugieren que la presión ocular puede producirse en respuesta a una falta de estimulación visual, lo que la convierte en una forma de autoestimulación para los niños ciegos o con baja visión. La Medicina del Desarrollo y Neurología Infantil recomienda ofrecer alternativas sensoriales para abordar esta necesidad.