Oportunidades de aprendizaje incidental para niños ciegos o con baja visión
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Los niños con ceguera o baja visión experimentan el mundo de forma diferente a sus compañeros videntes, pero pueden prosperar con oportunidades de aprendizaje intencionado y experiencias prácticas. El aprendizaje incidental, el aprendizaje no intencionado que se produce cuando los niños observan tareas y actividades, es menos accesible para los niños con ceguera o baja visión. Pueden necesitar apoyo adicional para adquirir conocimientos similares. Con un compromiso intencionado y creatividad, las rutinas diarias pueden convertirse en momentos de aprendizaje significativos que despierten la curiosidad y fomenten la comprensión.
¿Qué es el aprendizaje incidental y por qué es diferente para los niños con baja visión?
El aprendizaje incidental se refiere a los conocimientos adquiridos observando el entorno e imitando a los demás. Para los niños ciegos o con baja visión, el aprendizaje incidental no se produce de la misma manera. Pueden perderse información clave sin la capacidad de ver cómo interactúan los demás con su entorno. Esto significa que los padres, cuidadores y educadores deben intervenir y proporcionar explicaciones, descripciones y experiencias que permitan a los niños explorar conceptos de primera mano.
Por ejemplo, cuando entras en una habitación, puedes ver al instante quién está allí, qué está haciendo e incluso si fuera hace sol o llueve. Un niño que no tenga una visión típica no recopilará esta información automáticamente y puede necesitar señales verbales adicionales o interacciones físicas para comprender su entorno.
Crear experiencias prácticas de aprendizaje
Una forma eficaz de que los niños ciegos o con baja visión construyan ideas precisas sobre el mundo es experimentándolo directamente. He aquí cómo hacer que los momentos cotidianos sean educativos y significativos:
Implica a tu hijo en las actividades diarias
Involucra a tu hijo en las tareas domésticas para que aprenda sobre procesos y materiales. Por ejemplo:
- Cuando calientes un biberón, deja que tu hijo sienta el aire frío del frigorífico, oiga el pitido del microondas y toque el biberón caliente con la mano bajo la mano.
- Durante la compra, haz que tu hijo participe en la elección de frutas y verduras. Deja que sienta las texturas y las formas, que huela los productos y que hable de cómo los vais a preparar. Comparte cómo tocas algunas frutas y verduras para determinar si están maduras y listas para disfrutar.
- Haz que la compra sea inclusiva. Para un niño con baja visión, considera la posibilidad de utilizar comida de mentira o dibujos para representar su lista de la compra. Un niño ciego puede tener más éxito con tarjetas táctiles o listas en braille.
Los padres ocupados no necesitan reservar un tiempo especial para crear momentos de aprendizaje. Las rutinas cotidianas, como la hora de la comida, del baño y del juego, pueden ser ricas en oportunidades:
- La hora de comer: Deja que tu hijo ayude a preparar platos sencillos. Por ejemplo, puede pelar una naranja, mezclar la masa o poner la mesa.
- La hora del baño: Enseña conceptos como «lleno» y «vacío» o habla de las sensaciones del agua caliente o fría, rápida o lenta.
- Tiempo de juego: Utiliza juguetes con diferentes texturas, sonidos o movimientos para introducir vocabulario y conceptos como «suave», «lleno de bultos» o «girar».
Proporcionar mucho tiempo y diversión
Los jóvenes estudiantes necesitan tiempo para explorar y comprender plenamente su entorno. Apresurarles en las tareas puede obstaculizar su capacidad para procesar y retener información y asimilar realmente nuevos conceptos. Sé paciente, deja que sus manos y dedos se detengan en los objetos y asimilen sonidos, olores e incluso sabores mientras conectan con su entorno.
Hacer que las actividades sean divertidas es igualmente importante. Añade alegría al aprendizaje cantando canciones, creando rimas o siendo juguetón. Por ejemplo, al explorar un árbol, puedes cantar: «Esta es la corteza, áspera y marrón: ¡es lo que sostiene al árbol!».
Combina la exploración sensorial con la narración de cuentos. Por ejemplo, crea una historia táctil sobre un león mientras tu hijo palpa el pelaje, las patas y la melena de un león de juguete. Utiliza un lenguaje descriptivo como «pelaje suave» y «garras afiladas» para que la historia cobre vida.
Explorar más allá de casa
Llevar a tu hijo a lugares nuevos amplía su comprensión del mundo. Considera salidas a:
- Zoológicos de mascotas donde tu hijo puede tocar a los animales e interactuar con ellos.
- Museos científicos con exposiciones táctiles.
- Jardines botánicos para explorar las diferentes texturas y olores de las plantas.
No dudes en pedir excepciones cuando visites lugares donde normalmente no se permite tocar. Muchos lugares están encantados de ofrecer oportunidades de aprendizaje a los niños ciegos o con baja visión.
Por qué es importante el aprendizaje práctico
Sin experiencias del mundo real, los niños ciegos o con baja visión pueden desarrollar un «lenguaje vacío», es decir, palabras sin conceptos significativos asociados a ellas. Por ejemplo, un niño puede oír la palabra «océano», pero tener dificultades para comprender su inmensidad, su sonido o su aroma salado si no la conoce de primera mano. Proporcionar experiencias ricas y prácticas garantiza que tu hijo oiga nuevas palabras y establezca conexiones precisas y significativas. Sé creativo y crea tu propia agua salada en casa.
Crea una bolsa de recuerdos de experiencias con tu hijo después de una salida aventurera. Incluye objetos como hojas, muestras de tela o arena. Piensa en formas de introducir sonidos u olores y pídeles que describan cada recuerdo. Esto refuerza el aprendizaje y permite a tu hijo compartir sus experiencias y recuerdos con los demás.
Fomentar la curiosidad y la confianza
La comprensión del mundo por parte de tu hijo crece mediante la exploración intencionada y práctica. Incorporando momentos de aprendizaje a las rutinas diarias, creando tiempo para la exploración reflexiva y haciendo que las actividades sean divertidas, puedes ayudar a tu hijo a prosperar.
Recuerda que no se trata de enseñar 24 horas al día, 7 días a la semana, sino de aprovechar al máximo las experiencias cotidianas para despertar la curiosidad y construir una base de conocimientos. Con tu apoyo, tu hijo te sorprenderá con lo mucho que puede aprender y conseguir.