La vivencia del mundo de primera mano: cómo crear oportunidades de aprendizaje para niños no videntes o con visión reducida

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por Anne McComiskey

una madre que alza a su hijo para que toque las ramas de un árbol

Experimentar el mundo de primera mano mediante la práctica es la forma más eficaz de que los niños pequeños no videntes o con visión reducida construyan con precisión sus ideas sobre la vida en general y las cosas de su mundo en particular. Cuanto más rica sea la variedad de experiencias que adquieran los niños no videntes o con visión reducida, más amplio será su conocimiento del mundo.

Sin experiencias vitales reales y prácticas, los niños no videntes o con visión reducida podrían desarrollar un “lenguaje vacío”. El “lenguaje vacío” se refiere a una situación de confusión en la que el niño no vidente o con visión reducida tiene palabras para hablar de algo, pero ideas incorrectas o inexistentes para asociarlas a las palabras.

Sin dudas, todos los niños se benefician de un cúmulo de experiencias. Los niños con una visión completa adquieren una gran mayoría de conceptos e información sobre el mundo de forma incidental. Pueden aprender observándolo todo de cerca y de lejos. Los niños con visión limitada, confusa o nula no pueden obtener información precisa sobre la vida de forma incidental. Las aventuras intencionadas con experiencias vitales pueden compensar esta falta de aprendizaje incidental.

Oportunidades de aprendizaje en todas partes

Una experiencia de aprendizaje para nuestros hijos debe tener algunos aspectos específicos para ser más eficaz:

  • Tiene que haber tiempo de sobra para dejar que la experiencia suceda. No se puede tironear, empujar ni arrastrar de esas pequeñas manos y dedos. El niño tiene que tener tiempo para que el cerebro considere lo que experimentan las manos.
  • También es necesario que alguien entrene a los niños. El entrenamiento será diferente para niños de distintas edades. Un entrenamiento eficaz para los alumnos más pequeños consistirá probablemente en proporcionarles vocabulario. (Por ejemplo, “Árbol. Esto es un árbol”). Las palabras básicas y las frases no complicadas parecen ser las más eficaces. Los entrenadores de alumnos un poco mayores pueden ser más eficaces haciendo algunas preguntas que animen a nuestro hijo/a a pensar en lo que está pasando. (Por ejemplo, “Me pregunto qué es esto…”)
  • Probablemente, el aspecto más importante de una gran experiencia de la vida para el aprendizaje sea la diversión. Los niños (y nosotros, los adultos) estamos predispuestos a participar cuando nos divertimos. Por lo tanto, asegúrese de que haya diversión y haga que las situaciones sean atractivas, haciéndose el tonto, cantando o rimando y pasándola bien usted mismo/a.

Los padres ocupados no pueden pasarse todo el día preparando estas experiencias importantes. Pero dedicar tiempo a la rutina diaria y repetirla con frecuencia será realmente significativo y más factible. La hora de comer, del baño, del coche, de acostarse, de las compras y del juego son oportunidades diarias para vivir experiencias. Así que, mientras hace lo que hay que hacer, construya una experiencia que incluya tiempo, palabras atentas, intención y diversión. Su pequeño aprendiz lo sorprenderá.