Qué decirle a su empleador cuando usted está perdiendo la vista

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Dos personas hablando en una mesa de oficina

¿Trabajar, jubilarse o recibir prestaciones por incapacidad?

En primer lugar, es importante que sepa que no está solo. A medida que aumenta el número de personas que viven más años, muchas experimentan también una disminución de la visión. Algunos adultos que ya trabajan se preguntarán si deben seguir en su empleo actual. Las fases iniciales de la pérdida de la visión pueden ser difíciles, sobre todo si le gusta su trabajo y no quiere dejarlo, le preocupa que su empleo pueda estar en peligro o sabe que no puede permitirse una jubilación anticipada.

Aunque lo primero que se le ocurra sea jubilarse anticipadamente y solicitar prestaciones del Seguro de Incapacidad del Seguro Social (SSDI, por su sigla en inglés) o la Seguridad de Ingreso Suplementario (SSI, por su sigla en inglés), tenga en cuenta que a menudo es mucho más fácil adaptar su situación laboral actual mientras está empleado que intentar reincorporarse a la población activa.

No tome decisiones precipitadas y no dé por sentado que la pérdida de la visión significa la pérdida del empleo. ¡No lo es! Algunos pasos que pueden ser de utilidad:

  • Aprenda todo lo que pueda sobre su enfermedad ocular. ¿Cuál es la causa? ¿Cuál es el pronóstico? Si le queda algo de visión, ¿se ha sometido a un examen de visión reducida? Este tipo de examen puede dar lugar a la prescripción de un dispositivo óptico, como una lupa; un dispositivo no óptico, como un atril o una lámpara de trabajo; o un sistema electrónico de aumento, como una lupa digital de escritorio o portátil.
  • Si se reúne con un especialista en visión reducida, cuéntele en dónde trabaja, qué quiere seguir haciendo y dónde y cuándo tiene dificultades visuales. Cuanta más ayuda pueda obtener para maximizar su visión, podrá seguir trabajando mejor, de forma segura y eficaz.

Adaptaciones en el lugar de trabajo

Recuerde que las personas con las que trabaja, incluido su empleador, pueden tener poca experiencia o conocimientos sobre la no videncia y la visión reducida. Es probable que necesiten de su ayuda para comprender mejor las necesidades visuales específicas. Para preparar la reunión con la empresa, procure tener claro dónde y cuándo tiene problemas:

  • ¿Necesita volver a etiquetar los materiales con letra grande?
  • Si los niveles de iluminación del lugar de trabajo son insuficientes, pruebe a experimentar con luces diferentes.
  • ¿Puede cambiar la posición del escritorio o controlar la iluminación si hay demasiada luz o reflejo?
  • Si tiene problemas para leer o escribir, ¿sería de ayuda un dispositivo para visión reducida, como una lupa o un televisor de circuito cerrado/video de aumento?
  • Es igualmente importante que analice su trabajo para determinar si hay alguna tarea que crea que ya no puede realizar. Por ejemplo, ¿necesita conducir un vehículo, mover equipos o manipular objetos potencialmente peligrosos? Evalúe paso a paso las “funciones esenciales” de su puesto y considere cómo se puede resolver cada problema o barrera.
  • Tal vez un compañero de trabajo pueda realizar una tarea difícil para usted, y, a cambio, usted puede asumir una de sus responsabilidades: “compartir el trabajo”. Su empresa, por supuesto, tendrá la última palabra en este proceso, pero es útil que usted pueda brindar sugerencias y negociar opciones.
  • Más información sobre las adaptaciones del lugar de trabajo y la tecnología que puede llegar a ser útil.

Servicios relacionados con la visión

  • Es probable que al principio no tenga las respuestas a todas sus preguntas, así que asegúrese de buscar ayuda. Póngase en contacto con el organismo estatal de rehabilitación para no videntes o personas con visión reducida y solicite reunirse con un asesor de rehabilitación profesional responsable de obtener su información médica y coordinar su plan de servicios y formación.
  • Supongamos que tiene dificultades para ir y volver del trabajo o para desplazarse por su lugar de trabajo. En ese caso, tendrá que pedir asesoramiento para abordar estos problemas a profesionales que presten servicios de rehabilitación relacionados con la visión. Un especialista en orientación y movilidad (O&M) puede enseñarle a orientarse en su entorno laboral y a desplazarse de forma autónoma hasta su trabajo y desde el mismo. Un terapeuta de rehabilitación visual (VRT, por su sigla en inglés) puede proporcionar instrucción en aseo personal, habilidades organizativas, lectura y gestión del dinero. Pida a su Asesor de Rehabilitación Profesional que lo remita a estos profesionales.
  • Asegúrese de comentar cualquier otra preocupación con su Asesor de Rehabilitación Profesional. Por ejemplo, supongamos que el trabajo implica trabajar con la computadora y tiene problemas para ver la pantalla. En ese caso, su orientador puede presentarle los distintos tipos de programas informáticos que le permiten acceder a la información y seguir trabajando de forma autónoma. Su empresa puede estar dispuesta (o incluso obligada por ley) a financiar cualquier equipo de adaptación que necesite para hacer su trabajo. Explíquele a su asesor lo que el trabajo requiere y deje que lo guíe hacia las soluciones más adecuadas. Consulte Utilizar una computadora para obtener más información sobre la gama de tecnología de asistencia que tiene a disposición,
  • Infórmese todo lo que pueda sobre otros recursos útiles con la ayuda de familiares y amigos y la orientación de su Asesor de Rehabilitación Profesional. Muchas agencias y organizaciones ofrecen una amplia gama de servicios de apoyo. Contáctese con ellos. Describa su situación visual y los problemas que tiene. Pídales ayuda y apoyo. Concierte una visita para estudiar la mejor manera de atender sus necesidades particulares. ¡Persevere! Aprenda a ser su propio defensor e involucre también a su familia y amigos en el proceso.
  • Por último, tras completar esta investigación, estará preparado para sentarse con su jefe y explicarle su situación. Si planifica con antelación, habrá resuelto muchos problemas que podrían impedirle seguir trabajando.
  • Por John Zamora, Máster, Especialista certificado en manejo de discapacidades (CDSM, por su sigla en inglés)