Las mujeres y la salud ocular
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Hay muchas enfermedades oculares que causan una pérdida de la visión reversible, como también irreversible. Entre ellas, las cuatro principales son la degeneración macular asociada a la edad, el glaucoma, las cataratas y la retinopatía diabética. Según Prevent Blindness America, un grupo de voluntarios dedicado a luchar contra la ceguera y salvar la vista, se prevé que el número de estadounidenses con enfermedades oculares relacionadas con la edad (y la consiguiente discapacidad visual) se duplique en las próximas tres décadas.
Las enfermedades oculares y las mujeres: los hechos
1. Las mujeres viven más que los hombres.
Las mujeres viven más que los hombres en Estados Unidos. Esta discrepancia aumenta a medida que envejece la población. Los datos de la Oficina del Censo de los Estados Unidos muestran el doble de mujeres que de hombres mayores de 85 años. Como viven más tiempo, las mujeres son naturalmente más propensas a desarrollar enfermedades oculares relacionadas con el envejecimiento, como la degeneración macular asociada a la edad.
2. Las mujeres son más propensas a padecer enfermedades oculares en general.
Con una ficha de datos sobre la pérdida de la visión y la ceguera en los EE. UU. para respaldar estas cifras cada vez mayores de enfermedades oculares relacionadas con la edad, Prevent Blindness también reveló que las mujeres tienen más probabilidades de padecer estas cuatro enfermedades oculares que los hombres. De hecho, a medida que la población estadounidense envejece, hay más mujeres que hombres propensas a padecer enfermedades oculares en general. De los 4,1 millones de estadounidenses mayores de 40 años con discapacidad visual o no videntes, 2,6 millones son mujeres.
3. Más mujeres que hombres tienen errores de refracción sin tratar.
Además de estas cuatro enfermedades oculares principales, las mujeres tienen más probabilidades de padecer errores de refracción sin tratar, como miopía, hipermetropía y astigmatismo. Estos errores de refracción pueden causar problemas de visión importantes, pero pueden tratarse con lentes o procedimientos con láser, como el LASIK.
Los errores de refracción vienen determinados por tres variables: (a) la longitud del ojo, (b) la forma de la córnea y (c) la forma del cristalino. Las dos primeras variables suelen permanecer constantes a lo largo de la vida; sin embargo, los cambios relacionados con la edad se dan el cristalino.
El cristalino es una estructura transparente situada en la parte anterior del ojo que enfoca la luz. Puede cambiar drásticamente de forma al endurecerse y volverse más opaco o turbio. Cuando el cristalino sufre este cambio, se denomina catarata y esta progresa a medida que la persona envejece. Las cataratas tempranas generan muchos errores refractivos sin tratar en la población de mujeres de edad avanzada.
Puede obtener más información sobre este proceso en Una introducción a las cataratas y a la cirugía de cataratas.
4. El síndrome del ojo seco afecta más a las mujeres que a los hombres.
El síndrome del ojo seco puede provocar la disminución de la visión, irritación, enrojecimiento y dolor. Los ojos se lubrican mediante lágrimas que producen las glándulas de la superficie ocular. Las glándulas de los párpados aportan un componente importante a las lágrimas para que sean más eficaces. El síndrome del ojo seco puede deberse a una disminución del volumen de producción de lágrimas y a una composición lagrimal anormal.
Cada vez son más las investigaciones que demuestran que las glándulas de los ojos y los párpados se ven afectadas por cuestiones hormonales. A medida que las mujeres envejecen, y especialmente cuando llegan a la menopausia, pueden experimentar desequilibrios hormonales que se cree que contribuyen al síndrome del ojo seco. Se pensaba que la terapia hormonal sustitutiva combatía esta situación, pero algunos estudios más recientes muestran que esta terapia puede empeorar el síndrome del ojo seco.
Según la hoja informativa sobre el ojo seco del Instituto Nacional del Ojo, “el ojo seco es más frecuente después de la menopausia. Las mujeres que entran en la menopausia de forma prematura tienen más probabilidades de sufrir daños en la superficie ocular por el ojo seco”.
El ojo seco crónico es una parte del envejecimiento que a menudo pasa desapercibida y a la que no se presta atención. Se está convirtiendo rápidamente en un problema importante de salud pública que afecta a la calidad de vida y la salud física de casi 10 millones de estadounidenses cada año. El ojo seco crónico se da tanto en hombres como en mujeres; sin embargo, las mujeres se ven afectadas entre dos y tres veces más a menudo, y su aparición es más frecuente cuando las mujeres entran en la menopausia, durante ella y en los años posteriores.
Al reconocer la prevalencia cada vez mayor y las repercusiones a largo plazo de este trastorno, el Instituto Nacional del Ojo, junto con la Oficina para la Salud de la Mujer en el Department of Health and Human Services y la Society for Women’s Health de los EE. UU. han puesto en marcha una iniciativa educativa integral, basada en pruebas, para aumentar la concienciación sobre el ojo seco crónico y proporcionar a los médicos las estrategias de diagnóstico y tratamiento más avanzadas para gestionar eficazmente este proceso dinámico de la enfermedad.
Por el Dr. Parul Khator.