Cinco actividades divertidas para hacer en casa

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Es posible que haya oído el mito de que las personas ciegas o con baja visión tienen algo parecido a «sentidos arácnidos» para «compensar» su disminución del sentido de la vista. La verdad es algo menos fantástica, pero sigue siendo interesante y útil de entender. Nuestros hijos ciegos o con baja visión no nacen automáticamente con supersentidos, del mismo modo que las personas con una pérdida adquirida no experimentan de repente un fenómeno de supersentido. Sin embargo, hay factores físicos y educativos que pueden contribuir a aumentar gradualmente la capacidad y utilidad de los demás sentidos del niño. Es posible que su pequeño ciego o con baja visión experimente una mayor sintonía con sus otros sentidos en comparación con sus compañeros videntes, y eso puede atribuirse normalmente a las habilidades de eficiencia sensorial aprendidas por su hijo.

¿Qué es exactamente la eficiencia sensorial?


La eficiencia sensorial consiste en utilizar los sentidos para obtener información sobre el entorno. Todos utilizamos nuestros sentidos para reunir «datos» sobre las características de nuestro entorno; a veces es un esfuerzo consciente, pero normalmente ocurre de forma subconsciente. La vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto probablemente le vengan a la mente cuando piensa en los sentidos de su hijo. Aunque los sentidos cinestésico, vestibular y propioceptivo, algo menos conocidos, también son cruciales para el desarrollo de la eficiencia sensorial de su hijo, así como para su equilibrio general, su conciencia corporal, sus habilidades de movilidad y otras actividades físicas.

¿Por qué debería trabajarlo en casa?


Al igual que ocurre con otras áreas del plan de estudios ampliado, esta área de aprendizaje debe fomentarse en diversos entornos, entre los que se incluye naturalmente el entorno familiar. La buena noticia es que puede incorporarse al tiempo de juego.

Otra razón para ofrecer diversas oportunidades de desarrollar habilidades de eficiencia sensorial es fomentar sus capacidades de «integración sensorial». No deje que este término tan técnico le ponga nervioso: solo se refiere a la capacidad de su hijo para utilizar sus distintos sentidos juntos, en concierto, para interpretar o participar en las funciones cotidianas.

Consideraciones de seguridad


Naturalmente, deberá tener en cuenta las cuestiones de seguridad relacionadas con los materiales y actividades que elija para que su hijo explore y manipule. Los peligros de asfixia y las tentaciones de ingestión, los bordes afilados y las alergias a determinados materiales son aspectos que hay que tener en cuenta antes de empezar. Permanezca cerca de su hijo para garantizar su seguridad. Una vez resuelto esto, ¡prepárese para la diversión!

Cinco actividades sensoriales divertidas para probar en casa

1 – Colocar cubos o alfombras sensoriales


– Un cubo sensorial es un recipiente que se llena con diversos objetos que despiertan los sentidos. Incluya objetos con texturas, olores, sonidos o incluso sabores interesantes.
– Objetos como el arroz, los porotos secos, las perlas de agua, la espuma de afeitar o incluso los cereales pueden ser buenos rellenos para la caja sensorial. También se puede utilizar plástico de burbujas, papel de aluminio (¡cuidado con los cortes de «papel»!), papel arrugado, papel de lija, encajes, cintas y otros retazos de tela.
• No tenga miedo de ensuciarse. Solo hay que instalarse fuera si es necesario. Pinturas de dedos, plastilina, arena cinética, limo y Ooblek (mezcla de almidón de maíz y agua) ofrecen interesantes experiencias multisensoriales. Incluyen sonidos, sensaciones y olores únicos.
• Busque en Pinterest «cubos sensoriales» para encontrar decenas de ideas y variaciones. Los cubos pueden ser temáticos o aleatorios.

2 – Probar a jugar con recipientes

  • Reúna recipientes variados como cubos, cestas, cajas, baldes, bolsas con cierre y tarros con tapón de rosca que tenga en su casa. Preséntelos a su hijo para que los explore jugando.
  • Agregue algunos de los cubos sensoriales mencionados anteriormente. De este modo, el niño podrá descubrir, esconder, llenar, vaciar y rellenar los distintos recipientes.
  • No pase por alto artículos de cocina como ollas, sartenes, tapas y recipientes para almacenar alimentos. También estos pueden ser placenteros para las manitos.

3 – Juegos de sensibilización medioambiental

  • Aventúrese al aire libre, en su propio patio o en lugares nuevos, y disfrute de un juego de «Nombra ese sonido».
  • Adéntrese en los distintos sonidos de diversos entornos. Puede ser cerca de una masa de agua, en un parque infantil o mientras espera en una parada de autobús.
  • Explore los elementos naturales de su jardín, como piñas, palos, hierba, bolas de goma dulce y varios tipos de suelo, como tierra, arena o arcilla. Examine hojas de diferentes tamaños y texturas (tanto frescas como secas, pero evite las venenosas). Hable de sus sonidos, formas, texturas y olores.

4 – Explorar objetos domésticos (juego inspirado en Montessori)


– Busque artículos domésticos de madera, metal o tela, dando prioridad a los objetos fabricados con materiales más naturales.
– Evite ofrecer solo juguetes de plástico, que funcionen con pilas, con luces o que hagan ruido. Ofrecerá una experiencia táctil más interesante a su pequeño alumno.
– Los «juguetes» más atractivos pueden ser un colador, un batidor, esponjas, estropajos, manoplas de horno, moldes de papel y aluminio, pinceles, cintas y retazos de tela. ¡El cielo es el límite! Mire a ver qué puede encontrar por su casa que sirva también como «herramienta» de eficiencia sensorial.

5 – Hornear y cocinar


• Ofrezca a su hijo tiempo para explorar e interactuar con los ingredientes en un bol aparte. Después de explorarlos, agréguelos a una receta.
• Utilice ingredientes húmedos y secos como huevos, vinagre, leche, mermelada, mantequilla de maní, azúcar, harina y sal. Incorporar especias y condimentos puede sumar otra capa de integración sensorial.
• Esta idea gana puntos extra por desarrollar los conceptos y habilidades de su hijo en una actividad de la vida diaria.

¡Empiece a jugar!

Hay una gran variedad de actividades divertidas e interactivas para realizar con su pequeño. Estas pueden mejorar significativamente sus habilidades de eficiencia sensorial. No olvide que siempre puede ponerse en contacto con el profesor de estudiantes con discapacidades visuales (TVI) o el terapeuta ocupacional de su hijo. Están ahí para ofrecer apoyo y sugerir actividades adaptadas a las necesidades específicas de su hijo. Póngase también en contacto con ellos si tiene preguntas o dudas concretas sobre cómo abordar los problemas de sensibilidad táctil.

Mientras tanto, empiece a convertir sus enseres domésticos en juguetes sensoriales para aumentar la eficiencia. Empiece a jugar y ofrezca las palabras necesarias para describir las nuevas experiencias. Diviértase con su pequeño mientras exploran juntos nuevos y ricos sonidos, texturas, olores y sabores.